Lo destaca el estudio publicado en la revista Nature Aging, liderado por la Universidad de Illinois en Chicago.
De hecho, a pesar de los avances cada vez más rápidos en el campo de la medicina y la salud pública, desde 1990 la esperanza de vida en las poblaciones más longevas del mundo aumentó en promedio sólo 6,5 años: esto indicaría que estamos cerca de un techo y que las personas que alcanzarán y superarán la marca de los 100 años seguirán siendo muy pocas, desmintiendo teorías nacidas en décadas pasadas.
Los investigadores dirigidos por Jay Olshansky analizaron datos de los nueve países con mayor esperanza de vida actual, que incluyen, además de Italia, Australia, Francia, Japón, Hong Kong, España, Suecia y Suiza.
Los resultados subrayan una fuerte desaceleración de la esperanza de vida, especialmente a partir de 2010: los niños nacidos en los últimos años tienen una probabilidad de alcanzar los 100 años, del 5,3% para las mujeres y del 1,8% para los hombres.
Hong Kong es el país que verá más centenarios: allí la probabilidad aumenta al 12,8% para las mujeres y al 4,4% para los hombres.
"Nuestro estudio derriba la idea de que el horizonte de la longevidad natural de nuestra especie está en algún lugar delante de nosotros: en cambio, está detrás de nosotros", comenta Olshansky.
Según los autores del análisis, ampliar aún más la esperanza de vida reduciendo el impacto de las enfermedades podría ser perjudicial si esos años adicionales no fueran años saludables.
"Ahora deberíamos centrar nuestra atención en frenar el envejecimiento - añade el investigador - y prolongar la duración no de la vida en general, sino de una buena salud".
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