Un turismo más sostenible para la ciudad de Amalfi, Campania, sur de Italia. Y para lograrlo, Daniele Milano, alcalde de uno de los lugares más famosos del mundo, ilustró 11 áreas de intervención, con acciones específicas, que tienen como objetivo garantizar un equilibrio entre el desarrollo económico, social, cultural y ambiental. Intervenciones como la etiqueta turística, pero también la vigilancia de los flujos de peatones y la lucha contra los alquileres de corta duración.
"El turismo, a nivel nacional e internacional, se asocia cada vez más frecuente y predominantemente a problemas e inconvenientes críticos para la población", afirma Milano.
"Esta narrativa es negativa y, sobre todo, corre el riesgo de generar, como ha ocurrido en muchos lugares, reacciones antiturísticas. Por este motivo, en Amalfi, desde hace un año, activamos una 'DMO' -organización gestora de destinos- para gestionar y no sufrir", explica.
Milano añade que "entre las acciones figura un sistema de seguimiento de los flujos de peatones que se realizará a través de medios capaces, tecnología para detectar la presencia de personas y vehículos con el fin de poder basarse en datos cuantitativos".
"Un tema importante es el de los números, porque en turismo muchas veces hablamos y razonamos en base a sensaciones o 'a ojo'. Esta tecnología de seguimiento de flujos -explica el alcalde- permitirá saber en tiempo real cuánta concentración de personas habrá en el centro histórico y será de gran utilidad en materia de protección civil".
Se prestará especial atención al tema de los arribos por mar y por tierra: la propuesta es hacer de la terminal del muelle de Cassone, por donde pasan casi un millón de pasajeros cada año, una verdadera estación de embarque y desembarque.
Luego está la "etiqueta turística". "Precisamente para evitar sentimientos antituristas, se le preguntó a los ciudadanos, a través de un cuestionario, qué comportamientos les gustan menos de los visitantes e invitados. Esto es para intentar resaltar a los que llegan, qué comportamientos deben evitar -añade el alcalde-. No lo haremos con prohibiciones sino a través de una campaña social para intentar orientar a la gente y hacerles entender que más que turistas y visitantes de paso son verdaderos huéspedes de la ciudad de Amalfi, una comunidad formada por personas que viven y trabajan en este lugar".
Milán pone en duda cifras precisas: el progresivo crecimiento de las plazas turísticas (hoy 4.512) ha ido acompañado de una importante reducción del número de residentes, que pasó de 5.530 en 2002 a 4.653 en la actualidad.
"Las localidades también deben hacer su parte pidiendo nuevas intervenciones regulatorias para dar las herramientas necesarias a los municipios que experimentan el bienestar del turismo para crear un equilibrio correcto entre quienes viven en los lugares y quienes los eligen para sus vacaciones", concluye.
"Es el ejemplo de la propuesta desarrollada para dar mayores poderes a los municipios para regular las nuevas aperturas de actividades no hoteleras y regular los alquileres de corta duración. Nuestra propuesta es permitir mayores poderes para superar un determinado umbral en función del ratio. entre población residente y lugares turísticos".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA