La obra volverá así a ser admirada en su belleza por peregrinos y visitantes.
La restauración restauró los contrastes entre la base oscura y el oro que ha vuelto a brillar.
El cardenal arcipreste de la Basílica de San Pedro, Mauro Gambetti, presentó a modo de avance los resultados de la restauración a la prensa acreditada en el Vaticano.
"Es una restauración memorable, extraordinaria", comentó, explicando que la fecha del 27 de octubre, elegida para la inauguración oficial, es "altamente simbólica". Es la fecha de la Jornada Mundial de Oración por la Paz que San Juan Pablo II promovió en Asís en 1986. También es el domingo en el que se celebrará la misa de clausura del Sínodo de este año.
"El Papa Francisco vino para ver cómo avanzaban las obras y lo apreció mucho", dijo Gambetti, subrayando que el Baldaquino restaurado "manifiesta la belleza que la Iglesia debe reflejar".
Una obra, junto con la restauración de la antigua Cátedra (que estará expuesta del 27 de octubre al 8 de diciembre en la misma basílica) y del cristal que protege la Piedad de Miguel Angel, "nos conduce hacia el Jubileo de la esperanza. Y necesitamos esperanza en este mundo." "Cuando hay una boda en una familia - dijo el padre Enzo Fortunato, director de comunicación de la basílica - se limpia la casa y se prepara ropa nueva. Esto lo hacemos para la basílica mientras se prepara para el próximo año jubilar".
El Padre Fortunato añadió que la Orden de los Caballeros de Colón apoyó la carga financiera de la restauración.
El ingeniero Alberto Capitanucci, responsable del área técnica de la Fábrica de San Pedro en el Vaticano, dijo a los periodistas que los trabajos comenzaron "con muchos temores porque la accesibilidad del Baldaquino siempre ha sido un problema" y de hecho "la la última gran restauración fue hace unos 250 años".
Luego reveló también algunas anécdotas del trabajo de los últimos meses que "cuentan la vida, como las firmas y siglas que los limpiadores de adoquines dejaron a lo largo de los siglos en la parte superior, debajo de los frontones. También se encontró la zapatilla de un niño".
Una señal de algún padre, dijo, "que dejó un mensaje a la historia: 'He aquí, yo vine aquí con mi hijo'".
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