(ANSA) - TEGUCIGALPA, 11 (ANSA) - Arnold Peralta, jugador de
la selección hondureña de fútbol de 26 años, fue acribillado en
el estacionamiento de un centro comercial de La Ceiba y se sumó
a una trágica lista de futbolistas asesinados. Peralta, que militaba en Deportivo Olimpia y llegó a jugar en
el escocés Glasgow Rangers, fue masacrado en segundos y a la
vista de varios testigos con 18 disparos en la cabeza efectuados
por un sicario que se trasladaba en moto junto con otro. El volante, que había sido convocado a la selección
"catracha" para el partido con Cuba por las eliminatorias de la
CONCACAF rumbo al Mundial de Rusia 2018, fue atacado cuando se
aprestaba a abordar su automóvil, estacionado en el lugar. El hecho, que conmovió a la opinión pública local y mundial,
ocurrió en La Ceiba, ciudad portuaria cabecera del departamento
Atlántida ubicada a unos 500 kilómetros al norte de la capital
Tegucigalpa. Los móviles del crimen son por ahora un misterio, aunque
algunos medios ya refieren a un aparente ajuste de cuentas por
la dinámica y el ensañamiento con que Peralta fue literalmente
ajusticiado a la vista de testigos. Los dos atacantes huyeron rápidamente del lugar y Peralta
quedó tendido sobre el asfalto, ya sin vida, sin que le
sustrajesen alguna de sus pertenencias, lo cual refuerza la
hipótesis de un homicidio por encargo o venganza.
El diario "La Prensa" consideró que el crimen podría estar
vinculado con el del primo de Peralta, Byron, un joven de 28
años que fue asesinado en junio por tres hombres encapuchados
que lo acribillaron en el sillón de su propia casa. El padre del futbolista, Carlos Peralta, recibió la dura
noticia en su casa y destacó que su hijo nunca le había
comentado que tuviese enemigos o hubiera recibido algún tipo de
amenazas. "Era un muchacho educado y ejemplar. Era mi ídolo, el menor
de la familia y el más especial", afirmó don Carlos, en diálogo
con la prensa local y antes de quebrarse por el dolor de su
muerte.
Una escena que se repitió en el sepelio al que, por pedido de
los familiares se impidió el acceso de las cámaras y los
reporteros en señal de respeto y se congregaron gran cantidad de
amigos y parientes del malogrado futbolista. Tras su paso por el fútbol escocés, Peralta había regresado
en enero a Honduras, uno de los países con la tasa más alta en
materia de homicidios del planeta, estimada en 58 por cada
100.000 habitantes para este año. Una decisión, la de volver, que terminó costándole la vida al
joven capitán de la selección "catracha" Sub-20 en el Mundial de
Egipto en 2009, que integró la olímpica en los Juegos de Londres
2012 y que ayudó a la mayor a clasificarse al Mundial de Brasil. No llegó a jugar la pasada Copa del Mundo por una lesión de
último momento, pero había sido convocado para esta eliminatoria
rumbo a Rusia 2018, situación de la que se enteró pocas horas
antes de su trágica muerte. El fútbol hondureño se vistió de luto por su asesinato, que
cierra un año que se abrió con el homicidio de otro futbolista,
el volante ruso Gasan Magomedov, de 20 año jugador del Anzhi,
donde compartió equipo con el camerunés Samuel Eto'o. Magomedov fue asesinado a sangre fría también el 4 de enero,
mientras se encontraba a bordo de su vehículo en pueblo del
norte del Cáucaso, en un hecho similar en el que el robo quedó
descartado como móvil del crimen.
GER-RFL/MRZ
11/12/2015 22:14
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