Por Alejandro Di Giacomo
BUENOS AIRES, 14 (ANSA)- Máximo, hijo de la presidenta de
Argentina Cristina Fernández y de su fallecido esposo Néstor
Kirchner, irrumpió repentinamente en el escenario político del
país en los últimos días, con ampulosos elogios de varios
funcionarios que lo postulan para candidaturas en año electoral. El precandidato presidencial del oficialismo Florencio
Randazzo, actual ministro de Interior y Transporte, fue uno de
los primeros en ungirlo de bríos y dijo días atrás que le
"encantaría" que Máximo Kirchner sea su compañero de lista.
Pero deslizó que lo ve más bien como "diputado" por el
oficialismo. "Es un gran candidato, pero es una decisión que
debe tomar él", apuntó Randazzo, abocado a mejorar el sistema de
trenes de Argentina. "No quedan dudas de que está habilitado y de que tiene la
estatura para poder ser" un postulante, sostuvo aún más
altisonante Aníbal Fernández, el actual jefe de Gabinete. Máximo Kirchner, al que muchos ya llaman el "heredero de los
K", es actualmente quien preside La Cámpora, una agrupación
política juvenil de cercanía y fuerte respaldo a su madre
presidenta. "Es un militante de hace muchísimos años, y más allá de ser
el hijo de Néstor y Cristina tiene colores propios", aclaró
Randazzo. También, Mariano Recalde, titular de Aerolíneas Argentinas
-empresa de bandera- y postulante a alcalde de la Ciudad de
Buenos Aires, elogió al vástago y anheló que ingrese "en la
campaña política". "A nosotros nos gustaría verlo como candidato, ya sea en la
provincia de Buenos Aires o en Santa Cruz", estado del sur del
país del que proviene Néstor Kirchner, deslizó en relación a los
rumores que señalan al joven como potencial postulante a una
banca de diputado. "Vimos encuestas que demuestran que hay gran expectativa en
la sociedad sobre el tema pero veremos lo que se decide el 20 de
junio (fecha límite para presentación de listas de
precandidatos)", afirmó Recalde. Daniel Scioli, gobernador de la populosa provincia de Buenos
Aires y a quien las encuestan dan como probable ganador de la
internas presidenciales por el oficialismo, no escapó a los
rumores. "Le tengo mucho afecto y respeto a Máximo", avisó. Una eventual candidatura del "heredero", de 38 años de edad,
es un tema que está en el centro de la agenda oficialista desde
hace algún tiempo. Para la consultora Ibarómetro el hijo de los Kirchner ostenta
un piso de 26 puntos de adhesión en el electorado en la
provincia de Buenos Aires, con 27,8 por ciento de intención de
voto en el conurbano y 22,9 en el interior provincial.
Guarismos, por encima, de los respaldos que ostentan de
miembros del PRO, la conservadora fuerza de oposición, liderada
por el hoy alcalde de la capital argentina, Mauricio Macri. Incluso los opositores le dieron al hijo de los Kirchner
espacio en la discusión política en estos días. El ex jefe de
Gabinete, Alberto Fernández, hoy en filas enfrentadas, calificó
de "disparate mayúsculo" la posibilidad de que el joven sea
candidato, sobretodo en una fórmula presidencial. "Tendría que hacer una especie de curso en la política si
algún día quiere ocupar la presidencia o vicepresidencia de la
Nación", disparó y sostuvo que desde el oficialismo instalaron
esa posibilidad "para quedar bien con Cristina". Empero, un rosario de alcaldes enrolados en el oficialista
Frente para la Victoria, elogiaron la figura del novato
dirigente. Varios alcaldes de la provincia de Buenos Aires como Fernando
Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Hugo Curto
(Tres de Febrero) y Daniel Di Sabatino (San Vicente) dijeron que
"aplaudirían" la presencia del "hijo K" en alguna de las listas
electorales. "Máximo es un gran cuadro político, un amigo, un compañero lo
conozco mucho y nos llevamos muy bien", apunto Espinoza. "Puede
estar donde quiera, pues ha construido una organización
maravillosa como es La Cámpora que es la que genera la
musculatura sobre la defensa fundamental de la Presidenta dentro
de este espacio", remarcó Ferraresi.
"Obviamente uno tiene sus miradas, sus ganas, pero no es una
cuestión solamente de ganas, sino también de construcción
política y de ver qué hay para ofrecer y ver cuánto puede
desandarse esa candidatura, desarrollarse. Hay que ser
pacientes", afirmó Máximo en marzo pasado. El dirigente, hermano de Florencia (25 años), de pronto,
emergió como una presencia necesaria al lado de su madre tras la
muerte de su padre en octubre de 2010. En septiembre pasado, el joven protagonizó una inédita
irrupción en la escena política cuando ofreció un discurso en un
multitudinario mitin de La Cámpora, en el que desafió a la
oposición a derrotar a su madre en los comicios.
Desde entonces, Máximo ha ganado espacio en el escenario
político argentino en un año electoral y justamente en un
calendario en el que se clausurará lo que muchos llaman la "Era
K", tras las presidencia de sus progenitores: Néstor Kirchner
(2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2011 y 2011-diciembre
2015).
ADG/MRZ
14/06/2015 20:46
|