BUENOS AIRES, 14 (ANSA)- El economista Bernard Maris, una de
las once víctimas del atentado a Charlie Hebdo, escribió casi
una veintena de ensayos en los que con ironía y sarcasmo demolió
"el comportamiento cínico" de sus colegas que "venden humo en en
un envoltorio pretendidamente científico". Uno de esos ensayos, "Carta abierta", resume una posición muy
crítica sobre los economistas en general y los de tendencia
neoliberales en particular. "Carta abierta a los gurús de la economía que nos toman por
imbéciles", cual su título completo, fue publicado por Maris en
1999 y su contenido mordaz, cáustico y directo obtuvo un gran
éxito en Francia. Una edición en castellano para España y América Latina, acaba
de ser distribuida por el sello Ariel.
Maris se pregunta: "Para qué sirven los economistas?" a modo
de epílogo de su "carta abierta" y una de sus conclusiones es
que "si la economía es una ciencia que predice el futuro,
entonces el economista más grande es el tarotista de turno". Y "si la economía es una religión, entonces el director del
FMI es un gran sacerdote, pero el mejor economista seguirá
siendo el Papa", ironiza. Maris, profesor de Economía de la Universidad París VIII y ex
asesor del Banco Mundial en Perú, era admirador de Keynes, pero
al mismo tiempo se consideraba un "altermundialista" y fue uno
de los miembros fundadores de la organización internacional
ATTAC, que ha librado batallas contra el capital financiero
internacional.
"El experto en economía utiliza modelos 'sofisticados'"
apunta Maris, "pero en economía como en todas partes, el experto
es el fracasado o el perezoso de la profesión" y cuando "alguien
fracasa en cualquier ámbito, siempre puede convertirse en
experto en fluctuaciones bursátiles".
Desde su profesión de economista, Maris compara a sus colegas
de "hechiceros, de chamanes o brujos de las tribus indias, que
hablan sin pausa para evitar que el cielo se les caiga encima". "¿Entonces, los herederos de Smith, Marx y Keynes están
condenados al papel de brujo, de gran sacerdote o de gurú?", se
pregunta Maris. Su respuesta es que "no", en la medida en que puedan
denunciar "a los mercaderes de mentiras, hablar de la ciencia
económica, interrogar a la historia, a las civilizaciones,
reflexionar sobre el valor de la riqueza". "También pueden optar por el comercio al por menor y vender
su bella ciencia a cambio de las lentejas de la consultorías, y
contentarse con el papel de bufones de los cuales uno se puede
burlar dos veces por año, cuando se presentan las proyecciones
de crecimiento y todos los días, cuando la mafia rusa recicla
los dólares que con falso candor le han prestado", polemiza
Maris, en un tono acusatorio contra quienes participan de
operaciones financieras con tufillo de ilícitas. Entonces, "Para qué servían los economistas? se preguntarán
dentro de cien años. Para hacernos reír", remató Maris en su
"Carta abierta". (ANSA).
AEF-ADG/MRZ
14/06/2015 21:35
|