BUENAS AIRES, 24 (ANSA)- Ante el favoritismo que los sondeos
previos le entregan al candidato oficialista Daniel Scioli en
las elecciones presidenciales de Argentina de mañana, si hay o
no balotaje es la gran incertidumbre y, en caso de segunda
vuelta, será la primera en la historia del país. Las encuestas perfilan como ganador a Scioli (Frente para la
Victoria), escoltado por el conservador Mauricio Macri (alianza
Cambiemos) y en tercer lugar Sergio Massa, otrora en las filas
del kirchenirsmo y ahora en la coalición peronista disidente
Unidos por una Nueva Argentina (UNA). Pero para convertirse en presidente, la Constitución
Argentina establece que el candidato debe obtener más del 45% de
los votos, o más de 40% junto a una diferencia de más de 10% en
relación a los votos que sume su inmediato oponente.
Si esas condiciones no se cumplen deberá llamarse a una
segunda votación, el balotaje o la segunda vuelta, en la que
pujarán sólo los dos más votados en la primera convocatoria. Sería la primera vez en la historia del país si surge la
necesidad de recurrir a un balotaje en la elección presidencial
de mañana.
Son Los artículos 97 y 98 de la Constitución los que
establecen los porcentuales que definen una segunda vuelta, que
se deberá efectuar en los próximos 30 días a partir de la última
elección, de acuerdo al artículo 96 de la Carta Magna. Participan las dos fórmulas a Presidente y Vicepresidente más
votadas en primera instancia y resultará electa aquella que
obtenga la mayor cantidad de votos afirmativos válidamente
emitidos (artículo 151 de la Ley 24.444). En la mayoría de los estados (provincias) de Argentina no
existe el mecanismo de balotaje. Las elecciones a jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires también establecen esa posibilidad de una segunda
vuelta, como lo estipula el artículo 96 de la Constitución de la
Ciudad de Buenos Aires.
Pero allí para ganar en primera vuelta es necesaria la
mayoría absoluta de los votos, es decir más del 50 por ciento.
Las únicas otras provincias en las que las elecciones pueden
elegirse en una segunda vuelta son Corrientes, Chaco y Tierra
del Fuego. En cambio, en la decisiva elección de gobernador de la
provincia de Buenos Aires (el principal distrito electoral del
país) resulta electo aquel que obtenga "la simple mayoría de
votos", sin posibilidad de balotaje.
En la Provincia de Buenos Aires, en la cual el gobernador
actual es justamente Scioli, en caso de empate será la
Legislatura la que decidirá por mayoría absoluta quién asumirá
el cargo. En otras 19 provincias del país ocurre lo mismo. En Argentina nunca se realizó un balotaje en la elección
nacional, aunque en 1973, en la elección entre Héctor Cámpora y
Ricardo Balbín debería haberse producido, ya que según la ley de
la época si ninguno obtenía más del 50% debía haber una segunda
vuelta. Empero Balbín (Unión Cívica Radical) renunció a la segunda
vuelta luego de que Cámpora (representante del Peronismo)
obtuviese el 46,5% de las preferencias en las urnas. Lo mismo ocurrió con Carlos Menem, quien desistió de
presentarse a una segunda vuelta ante Néstor Kirchner en 2003.
Menem fue el más votado en la primera vuelta, con el 24,45%
de los votos, mientras que el entonces ignoto Néstor Kirchner,
casi un desconocido para la opinión pública, obtuvo el 22,24% de
los sufragios. Al no presentarse el ex presidente, conciente de que perdería
por el poco respaldo de los seguidores de otras fuerzas, eludió
la segunda vuelta y Kirchner se convirtió en presidente con tan
sólo 22,24% de respaldos. Pero desde entonces, construyó poder y adhesiones y edificó
un ciclo que finalizará este domingo, tras su presidencia y dos
consecutivas de su viuda, Cristina Fernández.
ADG/MRZ
24/10/2015 17:01
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