Por María Zacco
BUENOS AIRES, 2 (ANSA) - La memoria, como un espacio etéreo
en el que se resignifica la historia, los afectos y la vida es
materia de reflexión del documental mexicano "Tiempo
Suspendido", un retrato de los últimos años de Laura Bonaparte,
Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, realizado por su nieta. El filme de Natalia Bruschtein, quien reside en México desde
1976, se exhibe en la Competencia Latinoamericana del Festival
Internacional de Cine de Mar del Plata. "La historia de Laura y su lucha es, sin duda muy
interesante, pero me centré en el tema de la memoria. Me llamó
la atención cómo una persona que había peleado toda la vida por
la memoria la estaba perdiendo a causa de una demencia senil",
dijo la directora a un grupo reducido de medios.
Laura Bonaparte, era una ama de casa hasta que decidió
estudiar psicología, según relata en el documental el periodista
argentino Luis Bruschtein, el único de sus cuatro hijos que
salvó su vida durante la dictadura militar argentina
(1976-1983), cuando se exilió en México. Pero su pasión militante se convirtió en grito desgarrado
cuando sus hijos Noni -Aìda Leonor-; "Irenita" y Víctor fueron
secuestrados por los grupos que operaban durante el terrorismo
de Estado en Argentina y se convirtieron en "desaparecidos". Natalia Bruschtein, hija de Víctor, decidió poco después del
año 2000 que debía rodar un documental sobre su abuela. Pero
recién en 2011 puso manos a la obra cuando hizo su primer viaje
a la Argentina -vive en México desde 1976-, al que le siguieron
otros dos, en 2012 y 2013. Fue en ese último encuentro en que pasó mucho tiempo junto a
Laura en el hogar de ancianos donde residió los últimos años
hasta su fallecimiento en 2013, apenas dos meses después de
culminado el rodaje de la película. "Miramos muchas fotos, le hice preguntas, charlamos; traté de
registrar su día a día en el que me sorprendía cómo una mujer
que había descrito tantas veces el secuestro de tres de sus
hijos ni siquiera recordara que los había tenido", recordó la
cineasta. En la cinta se ve a Laura observando una foto de sus tres
hijos adolescentes- la que muchas veces mostró en entrevistas,
denuncias y hasta en las marchas de Plaza de Mayo- y confunde a
Noni con ella misma, de joven. Otras veces, con esfuerzo,
recuerda a sus hijos pequeños y a su ex marido, Santiago,
también desaparecido. Como toda película, la de Bruschtein es un interrogante más
que una respuesta. Sin embargo, esa pintura amorosa de Laura y
de su traviesa lucidez, que aflora cada tanto, intenta asomarse
al mundo en que habita su abuela: el de su niñez, el de las
fotos en la playa junto a su esposo y sus cuatro hijos, ese
tiempo suspendido en el que, como dice la misma Bonaparte, "los
recueros buenos y lo malos se confunden".. La realizadora exhorta al espectador a reflexionar sobre la
importancia de mantener viva la memoria de la historia mientras
revisa y lee en voz alta conmovedores textos escritos por su
abuela en los tormentosos años setenta. En ellos relata su peregrinación por comisarías y cementerios
en busca de los suyos, a los que se negaba a describir como
"desaparecidos", una palabra "muy canalla, porque remite a algo
que no quiere existir". Identidad y memoria eran palabras frecuentes en esos textos
desesperados en los que describía la importancia, a pesar del
dolor, de "ser madres sin hijos" y de nombrarlos hasta el
hartazgo: "Solo nuestros hijos nos resignifican cuando nos
nombran. Y ellos ya no pueden hacerlo pero nosotros sí". Para Natalia es muy importante que en México se conozca la
lucha de su abuela, especialmente, dice, "en un momento como el
actual, cuando en el país "desaparece mucha gente todo el tiempo
y lo peor es que no sabemos contra quienes se lucha". La directora, que adhirió a las marchas que piden el
esclarecimiento del caso de los 43 estudiantes desaparecidos en
septiembre de 2014, durante episodios de violencia policial en
la escuela rural de Ayotzinapa, unos 200 km al sur de la Ciudad
de México, relató que aprovechó esos hechos para explicarle a
sus hijos el concepto de "desaparecido" y el de su propia
historia.
"Lo que la abuela nos dejó es la importancia de su incansable
lucha por el derecho a la vida y contra el olvido. Entiendo que
en los últimos años de su vida su falta de memoria puede haber
sido un descanso", concluyó.
MRZ/ACZ
02/11/2015 15:36
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