Por María Zacco
BUENOS AIRES, 2 (ANSA)- La figura emblemática del cineasta
argentino Leonardo Favio es revisada en el documental "Favio:
crónica de un director", de Alejandro Venturini, estrenada en el
Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en el marco de
un homenaje al realizador.
Hace cincuenta años la única reseña de cine clase "A" de
América Latina era tomada por asalto por "Crónica de un niño
solo", primer largometraje de Favio que recibió varios
galardones. Este año el festival vuelve a proyectar ese clásico del cine
argentino y recuerda al particular cineasta, fallecido en 2012,
con dos documentales sobre su vida y obra. Uno de ellos es "Favio: crónica de un director", estructurado
a partir de una entrevista inédita realizada por Venturini.
"Entrevisté a Favio en 2009 e intenté diseñar la película
siguiendo el orden de las preguntas pero luego tomó la
disposición de sus recuerdos", relató Venturini sobre su ópera
prima en diálogo con la prensa. Productores, guionistas, actores y sus dos hermanos dan
cuenta de cómo era trabajar con Favio, de su innovador modo de
narrar y de la mística que se creaba en los sets con su sola
presencia. "Son casi cuarenta horas de material que fueron reducidos a
120 minutos, con mucho esfuerzo", aclaró el joven cineasta.
El documental da cuenta de la difícil infancia de Favio,
quien junto a su hermano Zuhair Jury pasó tres años en un
reformatorio, experiencia que inspiró "Crónica de un niño solo"
(1965). El documental de Venturini inicia con una imagen de las
plácidas y silenciosas callecitas de tierra de Las Catitas, en
la provincia argentina de Mendoza, en la región de Cuyo, donde
nació Fuad Jorge Jury, quien más tarde tomaría el nombre
artístico de Leonardo Favio.
Sigue con aquellos días de la niñez en Luján de Cuyo,
localidad mendocina en la que su madre le sembró la semilla del
cine. Laura, escritora de radioteatro, llevó a Favio cuando
tenía 14 años a ver "Rashomon" (1950), una de las obras maestras
de Akira Kurosawa. Y más tarde le consiguió su primer trabajo
como actor en radioteatro.
De los pequeños papeles pasó a protagonizar el filme "Dar la
cara"(1962), dirigido por el hoy presidente del Festival de Mar
del Plata, José Martínez Suárez. Con el arrasador éxito de
"Crónica de un niño solo" y "Este es el romance del Aniceto y la
Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y muchas
cosas más…" despuntó su carrera como director. Favio fue también cantante -con el dinero ganado financiaba
sus películas-, pintor, productor y guionista. Las anécdotas relatadas por sus colaboradores cercanos en la
cinta, son corroboradas por declaraciones del propio Favio
hechas a Venturini. "Si te metés en el cine es con todo: lo tenés que amar y
explora todos los recovecos posibles para aprender", dice la voz
en off de Favio para dar cuenta de su compromiso.
La cinta recoge testimonios de Graciela Borges, protagonista
de "El dependiente" (1969); Juan José Camero, actor de "Nazareno
Cruz y el lobo (1975); Diego Puente, el pequeño inolvidable de
"Crónica de un niño solo" (1965) y Edgardo Nieva, quien le dio
vida al boxeador José María Gatica en "Gatica, el Mono" (1993).
Nieva, quien se encuentra en Mar del Plata, sostuvo que los
rodajes de Favio "no eran comunes". "Cuando él llegaba al set cambiaba el clima por completo.
Mientras todos se acomodaban para empezar a filmar siempre nos
hacía escuchar un adagio de Albinoni (Adagio en sol menor, Ndr)
y se creaba una atmósfera increíble", recordó. Favio alguna vez dijo que él era militante peronista antes
que director de cine. Su mayor mérito es haber sido uno de los
pocos artistas que convocó con el mismo fervor al gusto de la
cultura elitista y la popular. Acaso porque descubrió en el cine
un punto de encuentro: "El cine es como el amor -solía decir-,
cuando querés escapar de él ya no podés".
MRZ/ACZ
02/11/2015 16:54
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