Por Marcelo Izquierdo
BUENOS AIRES, 20 (ANSA) - La popularidad del Papa se metió de
lleno en el final de la campaña electoral de cara al histórico
balotaje de este domingo en Argentina después de pedir que se
vote "a conciencia" entre el candidato de la alianza derechista
Cambiemos, Mauricio Macri, y su rival del oficialista Frente
para la Victoria, Daniel Scioli. "Ya saben lo que pienso. Voten a conciencia", subrayó el Papa
esta semana ante un periodista de la agencia de noticias DyN que
lo abordó en la Plaza San Pedro.
Este simple comentario desató una oleada de conjeturas sobre
un eventual respaldo papal a Scioli y la posición política de
Jorge Mario Bergoglio, a quien dirigentes del gobierno se
esfuerzan en ver como un "Papa peronista". El principal asesor de la campaña de Cambiemos, el
ecuatoriano Jaime Durán Barba, fue quien encendió la mecha al
afirmar que "lo que diga un Papa no cambia el voto ni de diez
personas, aunque sea argentino o sueco". Scioli, en el cierre de campaña del jueves, le respondió
desde la tribuna montada en el distrito de La Matanza, periferia
oeste de Buenos Aires. "Como ha dicho el papa Francisco: 'El mercado no garantiza
por sí mismo el desarrollo humano integral e inclusivo'. Saben
qué dijo hace unas horas el asesor de Macri, el verdadero
candidato, (Jaime) Durán Barba? 'Me importa muy poco la palabra
del papa Francisco si tiene solamente 10 votos'. Quiero repudiar
esta declaración ofensiva. No pueden entender que el Papa
critique el capitalismo salvaje", afirmó Scioli.
El candidato oficialista suele atribuir a su rival un plan de
ajuste con una mega-devaluación y políticas de libre mercado que
traerían exclusión al país, algo que Macri niega, denunciando
una "campaña de miedo" en su contra. Horas después, por América TV, el presidente de la Cámara de
Diputados, el "krichnerista" Julián Domínguez, dijo que "la
agenda social de Scioli es la agenda social del Papa. Yo no digo
que el Papa haya dicho voten a Scioli". Pero "ellos (por Durán
Barba, ndr) saltaron" a replicarle al Pontífice,
El Papa Francisco ha mantenido una relación de altibajos con
la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y, antes, con su
fallecido esposo, Néstor Kirchner.
En el momento de mayor tensión, el matrimonio llegó a
ausentarse del Tedeum en la Catedral, cuando Bergoglio era
arzobispo de Buenos Aires, durante los festejos patrios del 25
de mayo del 2005. La situación volvió a repetirse en el 2010.
Eran tiempos en que la Casa Rosada consideraba a Bergoglio un
férreo opositor por sus continuas homilías contra la pobreza y
la corrupción, el mismo mensaje que el Papa mantiene vigente hoy
desde el Vaticano.
La relación con la jefa de Estado se tensó también cuando el
país austral aprobó el matrimonio homosexual. La designación de Bergoglio como Papa, el 13 de marzo del
2013, cayó como un balde de agua fría en el gobierno. Pero tras
la sorpresa inicial, entre resquemores y críticas, se produjo un
acercamiento que incluyó cinco encuentros entre la presidenta y
el Pontífice en los últimos dos años. Muchos de esos encuentros
traspasaron los límites que impone el protocolo vaticano. Francisco se mantuvo alejado de toda pelea política argentina
y por ello decidió no viajar al país ni siquiera cuando estuvo a
pocos kilómetros de su tierra natal, en el marco de una gira por
la región que lo llevó este año a Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Numerosos políticos aprovecharon en estos últimos años para
viajar a Roma y sacarse una foto junto al Papa, entre ellos los
mismos Macri y Scioli recibidos en el Vaticano con escasos días
de diferencia, en septiembre del 2013. Pero finalmente Bergoglio
decidió no recibir más a políticos y sindicalistas. El motivo?:
se sintió "usado". "El tuvo esa sensación no solo por las fotos, sino porque
muchos volvían a Buenos Aires y decían que el Papa los había
mandado a enviar un mensaje. Era todo una exageración", confió
el sacerdote argentino Guillermo Karcher, responsable de
ceremonial y protocolo del Vaticano. Jorge Bergoglio no votará este domingo en el balotaje de su
país. Pero sus declaraciones lo metieron dentro de un final de
campaña tenso. Y quedó más atascado cuando su amiga y periodista
Alicia Barrios quiso interpretar su posición política:
"Quiere un gobierno que mire a los ojos a los pobres y con
una economía que esté liderada por hombres buenos y no por las
fuerzas salvajes del mercado. Quiere un país que incluya, que no
descarte a los viejos, los jóvenes, ni a los chicos. No quiere
un gobierno que favorezca sólo a los ricos, quiere un gobierno
para todos y que especialmente atienda las necesidades de los
pobres", aseveró Barrios. (ANSA)
MFI/MRZ
20/11/2015 20:47
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