(ANSA) - BUENOS AIRES, 9 DIC - La asunción del nuevo
presidente Mauricio Macri mañana en Argentina quedó trastocada
en un verdadero grotesco rioplatense, con matices delirantes
como ese subgénero teatral, al que no asistirá la mandataria
saliente, Cristina Fernández de Kirchner, y tampoco los
diputados de su partido. Así, los bríos de la joven democracia argentina se ven
salpicados por entuertos constitucionales, enojos, portazos y
hasta denuncias de golpe de estado y acefalía. Macri -empresario centroderechista de 56 años y vencedor del
balotaje del 22 de noviembre pasado por menos de tres puntos
ante el candidato "kirchnerista" Daniel Scioli- jurará a las 12
locales (15 GMT) ante la asamblea legislativa reunida en el
Congreso de la Nación. El hasta hoy jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y
ex presidente del popular club Boca Juniors asumirá el gobierno
por los próximos cuatro años, hasta 2019. La de mañana no será una ceremonia normal. La polémica
desatada en los últimos días sobre el lugar donde se realizará
el acto tras la jura el acto simbólico de traspaso de atributos
presidenciales (banda y bastón) fue subiendo de tono hasta
derivar en pelea tensa y presentación judicial. Macri quiere tomar esos atributos simbólicos en la Casa
Rosada, sede de gobierno, donde varios ex mandatarios los
recibieron en el pasado. Pero la mandataria saliente propuso
realizarla en el Parlamento, donde ella los recibió tanto en
2007 como en 2011, así como su fallecido esposo Néstor Kirchner
lo hizo en el 2003. La gota que rebalsó el vaso fue la presentación de una medida
cautelar ante la justicia realizada por Macri y su vice Gabriela
Michetti para conocer cuándo vence el mandato de Fernández de
Kirchner y evitar "sorpresas" de último momento, según dijeron. El fiscal Jorge De Lillo estableció ese plazo para el jueves
a las 0, o sea 12 horas antes de la jura de Macri. Sin esperar
la resolución de la jueza María Romilda Servini de Cubría, que
ratificó este mediodía esa postura del fiscal, la jefa de Estado
anunció ayer que no presenciaría siquiera la jura de Macri. "La Presidenta no se va a exponer directamente a que la
acusen de usurpación de título", dijo el titular de la Agencia
Federal de Investigaciones (AFI), Oscar Parrilli, quien juzgó la
situación similar a "un golpe de Estado". Parrilli se preguntó quien gobernará entre las 0 (cuando cesa
el mandato de Cristina Kirchner) y las 12 horas (en que jura
Macri) de este jueves. "Alertamos que durante 12 horas no habrá
autoridad en la Argentina. Entre esto (el dictamen del fiscal
avalado por la jueza) y un golpe de Estado hay muy poca
diferencia", aseveró. La jueza aclaró que el encargado del Ejecutivo en ese breve
lapso será el presidente provisional del Senado, Federico
Pinedo: "yo voy a ser el presidente a las 0.01 del día 10" de
diciembre, aseveró. Esta insólita e increíble situación derivará en que Pinedo
sea quien suceda a Cristina Fernández de Kirchner y no Macri,
que asumirá 12 horas después.
La decisión de la jefa de Estado saliente de no concurrir a
la ceremonia de jura fue acompañada incluso por la bancada de
legisladores "kirchneristas". Los diputados "K" no estará mañana
en la asunción. "No veo mucho sentido estar presente en el Congreso. Nadie
concurre al Congreso si no hay un marco de respeto
institucional. El peronismo nunca ha participado de golpes de
Estado. El macrismo ha decidido que la asunción sea un acto
partidario", afirmó el diputado nacional del FPV Carlos Kunkel. Este "faltazo" del hasta hoy oficialismo -que tiene mayoría
en el Senado y es la primera minoría en Diputados- amenaza con
quitarle quórum a la asamblea legislativa, una situación sin
precedentes y de la que hoy constitucionalistas no se ponían de
acuerdo sobre los pasos a seguir, si realizar la jura sin quórum
o hasta efectuarla ante el titular de la Corte Suprema, Ricardo
Lorenzetti. Así el solemne acto de asunción de un nuevo presidente de la
Nación se trastocó en un grotesco criollo, ese subgénero teatral
que a finales del siglo XIX vio luz gracias a la pluma del
dramaturgo argentino Armando Discépolo (1887-1971). El grotesco muestra un mundo titubeante entre realidad e
irrealidad, que provoca risa pero también estremecimiento, pues
lo aparentemente razonable se revela como carente de sentido,
definen los entendidos.
En el grotesco se destruyen las categorías de orientación en
el mundo, la coherencia lingUística, las leyes físicas, las
leyes estéticas. Lo bello se acerca a lo feo y lo cómico a lo
trágico para fundirse y confundir. Igual que la realidad política de Argentina de las últimas
horas, que parece de ficción, aunque no lo sea.
MFI-ADG/MRZ
09/12/2015 20:49
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