Por Darío Pignotti
BRASILIA, 13 (ANSA)- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff,
expresó su decisión de permanecer en el cargo pero admitió
preocupación ante la "intolerancia" imperante que, dijo, puede
recrear el clima de inestabilidad previo al fin de los gobiernos
de Joao Goulart, derrocado por un golpe militar, y Getulio
Vargas, que se quitó la vida. "Existe una cultura golpista, pero no están las condiciones
materiales para que eso ocurra..la intolerancia divide al país,
hay un proceso de intolerancia como no se vio antes en Brasil,
sino en los períodos en que se quebró la democracia", planteó
Dilma Rousseff. De todos modos señaló que no considera inminente la quiebra
del orden democrático pues esto no coincide con la idiosincrasia
de la sociedad brasileña. "No creo en un Brasil fascista somos un país donde (conviven)
las diferencias: indios, negros, blancos, europeos, japoneses,
árabes, la sociedad brasileña no es intolerante", observó. Rousseff aseguró que el actual ambiente político le
"recuerda" al que precedió al derrocamiento de Joao Goulart en
1964, que dio paso a la dictadura que se prolongó por 21 años,
durante la cual ella fue presa política. Al hablar de la marcha por el "impeachment" convocada para el
próximo domingo, Rousseff comentó: "Tenemos que ser capaces de
convivir con las diferencias y las situaciones difíciles, ya no
somos una democracia infantilizada; las manifestaciones son algo
normal". Con sólo 8 meses de gobierno Rousseff vio caer su popularidad
al 8 por ciento y su rechazo trepar al 71 por ciento de acuerdo
con una encuesta de Datafolha. Ese instituto reportó que el 66 por ciento de los consultados
en agosto avala la apertura de un proceso de "impeachment"
contra Rousseff, un tres por ciento más que en abril. "Las manifestaciones (del 16 agosto) no se pueden
transformar en procesos que llevan a la violencia." destacó en
la entrevista al canal televisivo SBT, de San Pablo.
Los organizadores de la movilización, como Aécio Neves,
líder del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB),
apuestan a que ésta sea todavía más numerosa que las realizadas
en marzo y abril pasado. Rousseff opinó la hostilidad de los rivales del gobierno le
traen a la memoria los ataques que, sostuvo, sufrió Getulio
Vargas por parte del opositor Carlos Lacerda, durante una crisis
que derivó en el suicidio del ex gobernante en 1954. "Las elites fueron muy intolerante con Vargas, que fue un
gran presidente (responsable) por la modernización del país",
señaló Rousseff . "Yo quiero recordar una frase síntesis que decía Carlos
Lacerda sobre Getulio Vargas 'no se debe elegir, si se elige no
debe tomar pose, si toma pose no debe gobernar, si gobierna debe
ser destituido'", dijo. Y luego prosiguió "Yo veo una tentativa muy incipiente de
crear un clima de ese tipo" como el vivido antes de la muerte de
Vargas en agosto de 1954. Ciertos sectores de la oposición han manifestado que agosto
es un mes de cataclismos políticos en la historia brasileña. En agosto de 1954 se quitó la vida Getulio Vargas y el 16 de
agosto de 1992 hubo una movilización muy concurrida considerada
que selló la suerte del presidente Fernando Collor de Mello, que
renunció 4 meses más tarde."
"No se puede aceptar la teoría de cuanto peor mejor porque
esto acaba perjudicando a la población" se quejó Dilma Rousseff,
reiterando los cuestionamientos a la oposición, encabezada por
el PSDB. Durante el reportaje de ayer a SBT Dilma afirmó ser la
"representante legítimamente electa por el voto popular" en las
elecciones de octubre de 2014 cuando venció en segunda vuelta,
por estrecho margen, al socialdemócrata Aécio Neves. "No pienso en renunciar" sostuvo y prosiguió que el cargo de
Jefe de Estado "exige respeto a la institución, un respeto
fundamental no solo para mí sino para todos los presidentes que
vendrán después de mí", observó. En ese punto la mandataria recreó la tesis planteada ayer por
la tarde en el Palacio Itamaraty al hablar ante los flamantes
egresados de la escuela del Servicio Exterior. "El estado nacional brasileño solo es respetado en el mundo
en la medida en que en su territorio se ejerce y respeta
plenamente la soberanía popular", destacó Rousseff. Y agregó "esa soberanía significa la sumisión a la voluntad
general expresada en las urnas… cada cuatro años".
DCP/ACZ
13/08/2015 20:43
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