Por Darío Pignotti
BRASILIA 14 (ANSA) - Entidades empresariales y las centrales
sindicales brasileñas se pronunciaron hoy contra el juicio
político a la presidenta Dilma Rousseff, mientras la oposición
se prepara para la marcha del domingo que exigirá la salida de
la mandataria, cuya popularidad cayó al 8 por ciento. El presidente de la Confederación Nacional de la Industria,
(CNI) Robson Andrade, dijo hoy que "no estoy a favor del
impeachment, las instituciones deben ser respetadas ella
(Rousseff) fue elegida, esto es algo que tiene que ser respetado
y debemos ayudar a construir un país dentro del sistema político
que tenemos". El próximo domingo agrupaciones de la sociedad civil y el
opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña, convocaron a
la tercera movilización del año por la renuncia de Rousseff. Esa fecha, 16 de agosto, coincide con una multitudinaria que
precedió a la renuncia del ex presidente Fernando Collor de
Mello en diciembre de 1992, dos años después de haber asumido el
cargo. "Hoy Brasil está más maduro que en la época de Collor de
Mello, en esa época teníamos una inflación superior al 200 por
ciento al año, hoy hay más estabilidad. No llegamos al fondo del
pozo pero es necesario que se tomen medidas económicas", apuntó
el jefe de la CNI.
El apoyo cauteloso a Dilma expresado por la CNI de Robson
Andrade está en línea con lo expresado, días atrás, por las
federaciones de industriales de San Pablo y Rio de Janeiro, que
se reunieron con el vicepresidente Michel Temer. Por su parte, la Central Unica de los Trabajadores, la mayor
del país, y representantes de Fuerza Sindical, la segunda más
poderosa, divulgaron hoy un comunicado en respaldo de la
estabilidad institucional. "Es necesario tener una posición clara en defensa de la
democracia, es necesario el pleno funcionamiento de los
poderes", dijeron los sindicatos. "Es necesario desmontar el escenario de desestabilización",
señalaron las organizaciones gremiales este viernes en
solicitadas aparecidas en algunos medios de comunicación
mientras se ultimaba el dispositivo de seguridad para la marcha
opositora. Las policía militarizada de San Pablo anunció que el domingo
serán desplegados 1.100 efectivos con apoyo de helicópteros,
para garantizar la seguridad en la movilización en la Avenida
Paulista, que fue el epicentro de los mítines realizados en
marzo, el más concurrido, y en abril. "Estamos seguros de que va a haber mucha gente, la sociedad
brasileña quiere que Dilma se vaya, si ella fuera una persona
con vergüenza ya tendría que haber renunciado", declaró en
entrevista con ANSA el diputado Eduardo Bolsonaro, del Partido
Social Cristiano. En su carácter de "diputado nacional comprometido con los
valores permanentes de los brasileños que este gobierno quiere
destruir y convocante a la marcha", Bolsonaro anticipó que
"vamos a tener mucha gente en la calle, me parece que va a haber
tantos como en marzo". Según el diario Folha de San Pablo, la marcha del 15 de marzo
reunió unas 210.000 personas en esa ciudad, mientras la policía
militarizada paulista estimó que hubo 1 millón, y cientos de
miles en Rio de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte y otras
grandes ciudades. En el Palacio del Planalto también aguardan con expectativa
lo que pueda ocurrir el domingo, para lo cual diseñaron una
ofensiva con el propósito de que presidenta salga de su
aislamiento político y recupere el aprecio del público que, en
un 71 por ciento, considera que el gobierno es malo o pésimo,
según un sondeo publicado este mes.
Esta semana Rousseff mantuvo una intensa agenda de reuniones
para lo que analistas denominaron "estrategia para vaciar" el
impeachment aislando a los dirigentes opositores más hostiles al
gobierno. Principalmente por el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo
Cunha, y Aécio Neves, líder del Partido de la Socialdemocracia
Brasileña, que en 2014 fue derrotado por Rousseff en elecciones
presidenciales muy apretadas. Rousseff mantuvo encuentros con el poderoso jefe del Senado,
Renán Calheiros y otros congresistas, con jueces del Supremo
Tribunal Federal y el procurador general de la República. El miércoles por la noche asistió a un acto de las mujeres
campesinas en el estadio mundialista Mane Garrincha en Brasilia
y el jueves recibió a unos 1.000 campesinos sin tierra,
trabajadores urbanos sin techo y sindicalistas en el Palacio del
Planalto.
DCP/ACZ
14/08/2015 21:10
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