Por Darío Pignotti
BRASILIA, 1 (ANSA)- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff,
tenía previsto reunirse hoy con su principal adversario
político, el titular de la cámara de Diputados Eduardo Cunha, en
pos de lograr que el Congreso apruebe el presupuesto 2016 que
contempla un déficit inédito, que es visto con preocupación por
el mercado que teme una "crisis a la griega". Rousseff busca el respaldo de Cunha para que éste haga pesar
su influencia en la Cámara a favor del presupuesto del año
próximo, elaborado por el Ejecutivo, en el que se contempla un
déficit primario, entre egresos e ingresos, de casi 9.000
millones de dólares. La propia convocatoria al duro opositor demuestra el difícil
momento político y económico que tiene acorralada a Rousseff
cuya popularidad está debajo del 8 % y su rechazo por parte de
la ciudadanía llega al 71% según encuestas recientes. Unas 800 mil personas marcharon el mes pasado para exigir el
impeachment (juicio político) a Rousseff, que también es
alentado por Cunha, un adversario intransigente del Ejecutivo. Antes de buscar el respaldo de Cunha, la jefa de estado
recibió hoy en el Planalto -sede de gonierno- al titular del
Senado, Renán Calheiros, con quien también evaluó la posibilidad
de que el presupuesto tenga apoyo en el Poder Legislativo. No será sencillo que Rousseff pueda contar con el voto
mayoritario de los 513 diputados y senadores, mucho menos cuando
la oposición es cada vez más fuerte en el Parlamento. Al respecto, el líder del bloque de diputados del partido
Demócatas, opositor, Mendonca Filho, anunció hoy que solicitará
a Renán Calheiros, presidente del Senado y el Congreso, que
devuelva el presupuesto girado por el Ejecutivo. Mendonca dijo hoy que el déficit de 2016 no será de 9.000
millones de dólares sino que escalará a unos 32.000 millones de
dólares. "El gobierno está calculando el presupuesto partiendo de que
habrá una expansión del 0,2% del Producto Interno Bruto (PIB)
pero el mercado prevé una caída del 0,4%, esto traerá menos
recaudación y otros problemas que sumados dan un déficit de
115.000 millones de reales (32.000 millones dólares)", dijo el
diputado Mendonca. Y recordó que la semana pasada el organismo estatal de
estadísticas informó que Brasil ingresó en recesión luego de dos
trimestres consecutivos de resultados negativos del PIB. Entre tanto, analistas y operadores financieros observan con
perplejidad que el gobierno haya enviado un proyecto de
presupuesto deficitario, algo que no tiene antecedentes
recientes en la mayor economía de Latinoamérica. Una señal de la preocupación que prevalece entre los privados
fue la suba del dólar que hoy llegó a 3,67 reales mientras la
Bolsa de Valores de San Pablo bajaba más del 2%. Por otra parte, Rousseff sancionó hoy una ley que incrementa
los impuestos a los empresarios, además de elevar al 15% el
gravamen sobre el whisky y otras bebidas. El proyecto de presupuesto con un "déficit del 6,5% del PIB
demuestra que el gobierno lamentablemente tiró la toalla
respecto del ajuste fiscal", opinó el economista Luiz Fernando
Figueiredo. "Ahora el país corre el riesgo de convertirse en una Grecia",
presagió Figueiredo, ex director del Departamento de Política
Monetaria del Banco Central y actual socio de la consultora
financiera Mauá Capital. Por cierto, la presidenta y sus ministros estuvieron reunidos
el fin de semana pasado buscando una fórmula para evitar que
haya números negativos en el presupuesto del año que viene. En ese marco de deliberaciones, el ministro de Hacienda,
Joaquim Levy, considerado un economista de posiciones
neoliberales, propuso recrear el impuesto al cheque con el cual
podría diseñarse un presupuesto con números en azul. Pero esta sugerencia de Levy fue frontalmente rechazado por
la Federación de Industrias de San Pablo, los principales
dirigentes del Congreso y el propio vicepresidente Michel
Temer.
Comentaristas de radio CBN, del grupo Globo, señalaron hoy
que Levy, quien hace un par de meses era considerado el "súper
ministro" del gabinete de Rousseff, ha perdido parte de su
influencia luego de sus controversias con Temer y con el
ministro de Planificación, Nelson Barbosa.
Las aparentes fisuras internas en el área económica no
terminan allí: el portal de noticias UOL, del diario Folha de
San Pablo, informó hoy sobre el descontento del titular del
Banco Central Alexandre Tombini, quien al parecer evalúa
renunciar a su cargo. A esto se suma que el titular de la Federación de Industrias
paulistas, Paulo Skaf, recomendó a Levy que haga sus "maletas" y
se vuelva a su casa antes de engendrar un nuevo impuesto.
DCP-ADG/MRZ
01/09/2015 22:48
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