BRASILIA, 2 (ANSA)- El ex presidente brasileño Luiz Inácio
Lula da Silva, luego de tres encuentros recientes en Brasilia
con Dilma Rousseff, fue un actor gravitante en la formación del
nuevo gabinete donde cuenta con varios hombres de su confianza
en el área política. El flamante ministro de la Casa Civil, Jaques Wagner, es un
experimentado dirigente del Partido de los Trabajadores, ex
gobernador del estado de Bahía, y un antiguo aliado de Lula, de
quien fue ministro. Con la designación de Wagner, el ex mandatario obtuvo dos
victorias: proyectó a la Casa Civil a un político con quien
mantiene un diálogo fluido y separó del cargo a un dirigente
como Aloízio Mercadante, que pese a ser petista nunca fue uno de
los preferidos de Lula. Dilma anunció hoy su nuevo equipo de 31 colaboradores pero no
todos tienen comunicación diaria con ella. Los funcionarios que están en contacto cotidiano con la
mandataria son aquellos que despachan en el Planalto, lo cual
representa un plus político nada despreciable. Además de Wagner, otros dos ministros que tendrán sus
oficinas en el Planalto son el nuevo responsable de la
articulación política, ahora llamado Ministerio de Gobierno,
Ricardo Berzoini, y el responsable de Comunicaciones, Edinho
Silva.
Ambos oriundos de San Pablo y considerados "lulistas de
paladar negro". El ex presidente recuperó terreno en el corazón del poder de
donde nunca se fue pero tuvo menos gravitación desde el primero
de enero pasado cuando, al iniciar su segunda gestión, Rousseff
escogió ministros más "dilmistas" con Mercadante y Miguel
Rossetto, otro político de su mayor confianza, que hoy perdió el
cargo de Secretario General de la Presidencia. De todos modos, y pese a haber recuperado espacio político,
Lula no logró persuadir a su correligionaria Rousseff de nombrar
como nuevo ministro de Hacienda a Henrique Meirelles, un ex
ejecutivo del Banco de Boston que fue presidente del Banco
Central en los ocho años del gobierno Lula (2003-2011).
DCP/MRZ
02/10/2015 20:33
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