Por Darío Pignotti
BRASILIA, 24 (ANSA)- La semana que pasó dejó números
alarmantes sobre la situación actual y las perspectivas
económicas de Brasil: por decimocuarta semana consecutiva
empeoraron las proyecciones del PBI, que sufrirá una retracción
del 3% este año y del 1% en 2016.
Y el mercado de trabajo continúa cuesta abajo, con una
desocupación del 7,6 % en los centros urbanos más importantes,
el 2,7 % peor que en el mismo mes de 2014. Sindicatos y el oficialista Partido de los Trabajadores
arremetieron contra el ministro de Hacienda, Joaquim Levy,
exigiéndole la renuncia o cambiar los lineamientos de su
política económica. Los próximos días despejarán las dudas sobre la continuidad o
salida de Levy, a quien ya nadie considera como un virtual
primer ministro, imagen que había acompañado su nominación en
enero pasado. El foco de atención estará en la reunión del Directorio
Nacional del PT que se reunirá la semana próxima en Brasilia
bajo la coordinación del presidente de esa agrupación, Rui
Falcao. En su condición de jefe del partido gobernante Falcao
seguramente empleará un lenguaje medido para hacer críticas . Que el lenguaje de Falcao sea cauteloso no impedirá que
repita la tesis partidaria sobre el imperativo de poner un dique
de contención al aumento de la desocupación pues si esta
continúa trepando será imposible recuperar a la base social de
donde surgieron los votos de las 4 victorias presidenciales
obtenidas desde 2003. Para el senador petista Lidbergh Farias es imperioso que el
ministro revise su estrategia de recortar gastos y aumentar las
tasas de interés pues con ello "lo único que logra es recesión y
más desempleo".
Farias sostuvo que Levy es el ministro del "samba de una nota
sola…ajuste, ajuste, ajuste" y con esa política el desempleo
llegará al 10 % en febrero, pronosticó. Se espera que en la cumbre petista esté el presidente
honorífico y fundador de esa agrupación, Luiz Inácio Lula da
Silva, quien ha expresado su disgusto con Levy a
correligionarios reservadamente, aunque públicamente lo haya
negado. Un periodista le preguntó ayer en Bahia por que quiere la
salida del funcionario a lo que Lula respondió "eso no es
verdad, yo no sería desleal con Levy, yo no soy el presidente
por lo tanto no tengo derecho a quitar a nadie". En el mercado las apuestas indican que el jefe del área
económica tal vez sobreviva hasta Navidad pero consideran
improbable verlo en el cargo después del carnaval de 2016. Todo lo anterior coincide en que la palabra del ministro no
es irrebatible como fuera hace algunos meses, lo que hace más
trabajoso para él continuar con el plan de ajuste. Un terreno donde se juega el futuro económico del país en el
corto plazo es en el Congreso donde se está elaborando el
presupuesto de 2016. Por lo pronto Levy ha perdido varias pulseadas, la más seria
de ellas relativa al déficit fiscal, que será de unos 70 mil
millones de reales, equivalentes a unos 17 mil millones de
dólares.
Así el gobierno podrá mantener en pie sus principales
programas sociales como la Bolsa Familia defendida calurosamente
por Rousseff el jueves último.
DCP/MRZ
24/10/2015 16:56
|