Por Darío Pignotti
BRASILIA, 28 (ANSA)- El gobierno de la presidenta brasileña,
Dilma Rousseff, manifestó su respaldo a Luiz Inácio Lula da
Silva, luego de que surgieran sospechas de corrupción contra un
hijo del ex mandatario supuestamente vinculado a una red de
tráfico de influencias que obtuvo ventajas del Estado. El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, expresó hoy su
"confianza" en Lula da Silva, padrino político de la actual
presidenta y líder del Partido de los Trabajadores (PT), cuya
mesa ejecutiva se reunió hoy en Brasilia. Cardozo, miembro del PT, es uno de los ministros de confianza
de Rousseff, con quien mantiene una relación de proximidad
política desde 2010, cuando fue el coordinador de la campaña que
la llevó a su primera victoria presidencial. "Conozco a Lula desde hace muchos años y tengo la seguridad
de que él no se envolvería en ninguna irregularidad ni
permitiría que alguien próximo a él lo haga", sostuvo el titular
de la cartera de Justicia a la cual está subordinada la Policía
Federal. Precisamente el lunes último, la Policía Federal allanó las
oficinas del hijo de Lula, Luis Claudio, en San Pablo, como
parte de las diligencias realizadas dentro del Operativo
Zelotes. El hijo del ex presidente es profesor de educación física,
fue asistente de entrenadores del club Corinthians y es uno de
los propietarios de la empresa LFT Marketing Deportivo. Esa empresa ha organizado varios eventos como un campeonato
de football americano en Brasil, para divulgar esa especialidad
prácticamente desconocida en el país de los pentacampeones
mundiales de fútbol. El "Operativo Zelotes" investiga ilícitos perpetrados por
escritorios de abogados y lobistas para la aprobación de
decretos que eximieron de impuestos a montadoras de vehículos,
que fue una política del gobierno de Lula da Silva para
estimular el consumo popular luego de la crisis financiera
global de 2008. Luis Claudio Lula da Silva no está acusado formalmente, pero
la Justicia sospecha que su empresa de marketing deportivo
recibió dinero de esos lobistas disimulado en la forma de
contratos de servicios. Paralelamente la Procuraduría General de la Repúblia analiza
la posibilidad de quebrar el secreto bancario de Luis Claudio
Lula da Silva. Y congresistas del opositor Partido de la Socialdemocracia
Brasileña anunciaron que lo citarán a declarar en una comisión
investigadora donde también podría ser convidado el ex
presidente. Lo cierto es que caso, y especialmente el allanamiento de
las oficinas en San Pablo, motivaron la "irritación" del ex
presidente, según él mismo lo comentó a allegados y a un grupo
de campesinos sin tierra con los que se reunió recientemente. Incluso Lula habría expresado abiertamente su disgusto con
el Ministerio de Justicia encabezado por Cardozo por haber
autorizado la requisa en las oficinas de su hijo, según
informaron hoy medios de San Pablo y Rio de Janeiro. "Conozco a Lula desde hace muchos años y tengo la seguridad
de que él no se envolvería en ninguna irregularidad ni
permitiría al alguien próximo a él lo haga", aseguró el ministro
Cardozo. Seguidamente, el funcionario aclaró "no esperen de mí que
desde mi cargo yo ordene que no se investigue a la persona A, B,
C o D, un ministro de Justicia no debe conducir las
investigaciones". "Desde el punto de vista republicano, eso no
puede ser hecho", aseveró. Entre tanto, el disgusto de Lula con Cardoso y el gobierno
en general aparentemente quedó zanjado en la noche del martes
cuando la presidenta Rousseff viajó a San Pablo para felicitar
al ex gobernante en el día de su 70 cumpleaños, al que también
asistieron ministros y la cúpula del Partido de los
Trabajadores.
DCP-ADG/ACZ
28/10/2015 19:48
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