Por Darío Pignotti
BRASILIA, 16 (ANSA)- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff,
ratificó hoy en su cargo y elogió al ministro de Hacienda,
Joaquim Levy, a pesar de los cuestionamientos formulados por el
ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quien sugirió que sea
reemplazado por Henrique Meirelles. Joaquim Levv "se queda donde está" afirmó, categórica, la
presidenta Dilma Rousseff al hablar ante periodistas brasileños
enviados a Turquía para cubrir la Cumbre del Grupo de los 20.
"Repito Levy es un gran servidor público que tiene un
compromiso con la estabilidad del país", insistió la Jefa de
Estado brasileña. Analistas y operadores del mercado consideran incierta la
situación de Levy, quien meses atrás era el hombre fuerte del
gobierno y una suerte de fiador de Dilma Rousseff ante el
mercado financiero. La posición de Levy, un ex funcionario del FMI y banco
Bradesco, comenzó a debilitarse hace dos meses cuando intentó,
sin éxito, que el gobierno formulara un proyecto de presupuesto
para 2015 con superávit del orden del 1 % del Producto Bruto
Interno. Con ese superávit, planteaba y plantea Levy, se irá
reduciendo la deuda pública de Brasil. Su tesis fue derrotada ante otros miembros del gabinete, como
el titular de Planificación Nelson Barbosa, considerado su
adversario dentro del gobierno, quien respaldaba un presupuesto
con un déficit mayor al 0,5 %. Desgastado por ese traspié dentro del equipo de gobierno Levy
sufrió otro mal trago cuando el oficialista Partido de los
Trabajadores lo conminó a que revise su política de ajuste o
deje el cargo. Y, lo más importante, el propio ex presidente Luiz Inácio
Lula da Silva, manifestó sus discrepancias con Joaquim Levy, le
recomendó que atenúe el ajuste a través de un plan de créditos
blandos para reactivar la economía en recesión. El Banco Central presentó hoy el semanal Boletín Focus,
basado en perspectivas del sector privado, que prevé una
declinación económica del 3,1 % para este año y del 2 % en 2016. Las noticias negativas del Banco Central no acabaron allí:
banqueros y operadores del mercado financiero proyectaron una
inflación del 10,04 % en 2015, que sería la mayor desde 2002. Durante la conferencia de prensa brindada hoy por Rousseff un
enviado brasileño le preguntó su opinión sobre declaraciones de
Lula quien dejó entender que prefería la dimisión de Levy cuyo
cargo podría ser ocupado por Henrique Meirelles, quien fue
presidente del Banco Central en los dos mandatos de Lula.
Rousseff respondió "no concuerdo con Lula y no tengo porque
concordar con todas las opiniones de las personas de las cuales
gusto inmensamente". Esa afirmación fue una inusual manifestación pública sobre
divergencias de Rouseff con su mentor político, y líder del PT,
Luiz Inácio Lula da Silva. No son habituales las discrepancias públicas entre Dilma y
Lula, quienes al parecer han tenido desacuerdos de forma
reservada, según reportes de la prensa local. Rousseff consideró, además, que sembrar dudas sobre Joaquim
Levy es una actitud que resulta perjudicial para el gobierno. "Esto (especulaciones contra ministro) no contribuye al
país", resumió la jefa de Estado, quien ha reconocido en otras
entrevistas que su gobierno atraviesa momentos difíciles tanto
en lo económico como en lo político. Con un Poder Legislativo que no ha respaldado varias
iniciativas del Ejecutivo para enfrentar la crisis, como la
propuesta para crear el impuesto al cheque. A pesar de que la crisis no fue superada, la situación en
Brasil parece menos inestable que el mes pasado cuando Rousseff
debió postergar dos veces su visita de Estado a Colombia, ante
la posibilidad de que el Congreso le inicie un juicio político. Finalmente el Supremo Tribunal Federal hizo lugar a una
medida cautelar y el juicio político quedó suspendido, por lo
pronto. "La situación política en Brasil se está normalizando…el país
volverá a crecer en un horizonte más o menos próximo, que puede
ser de dos o tres años, dado que no tenemos grandes problemas
que superar, y los que existen son superables", dijo.
DCP/ACZ
16/11/2015 18:41
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