Por Darío Pignotti
BRASILIA, 20 (ANSA)- Un grupo de activistas pro "impeachment"
de la presidenta Dilma Rousseff continuaba hoy acampado frente
al Congreso y prometió resistir con las armas el desalojo
ordenado por las autoridades, mientras la oposición reconoció
dificultades para llevar adelante el enjuiciamiento político. Luego de saber que la policía los desalojará en cualquier
momento el jefe de uno de los grupos contestatarios, Felipe
Porto, declaró: "ustedes creen que alguien de los que está aquí
tiene miedo?". Y agregó: "Aquí hay patriotas con sangre verdeamarilla
(colores de la bandera) que están dispuestos a morir por
Brasil".
Un campamento con decenas de tiendas de campaña, un estrado
improvisado, banderas, adhesivos contra el gobierno y algunos
vehículos continuaba establecido hoy por la mañana, hora local,
frente al Palacio del Congreso, y a unos 500 metros de la
Presidencia de la República en el centro de Brasilia. Porto, que suele vestir casacas con los colores de la
bandera, prometió resistir con las armas luego de que el
miércoles uno de sus correligionarios disparó al aire con un
arma de fuego y fue detenido. Bajo una llovizna persistente el tránsito era normal en la
avenida Eje Monumental, la principal de la capital, y junto a la
cual se acantonaron los militantes que exigen la salida de Dilma
Rousseff, la presidenta reelecta en octubre del año pasado. La popularidad de Rousseff, del Partido de los Trabajadores,
cayó debajo del 10 % mientras más del 70% considera que su
gestión es mala según una encuesta publicada en octubre. En clima de relativa tensión la Gobernación del Distrito
Federal de Brasilia anunció que retirará en las próximas 48
horas, plazo que vence el domingo a la noche, a los activistas
que exigen la renuncia de Rousseff y el establecimiento de un
gobierno militar.
"Esperamos que ellos no presenten resistencia y acepten dejar
el área porque ya no tienen derecho a seguir ocupándola" declaró
el gobernador de Brasilia, Rodrigo Rollemberg. Desde hace más de cinco meses se estableció uno de los
primeros grupos en cuyo campamento hay banderas de Brasil y una
furgoneta con consignas por un "levantamiento". Habitualmente se propala el Himno al Ejército y el dedicado a
los expedicionarios que participaron en Italia junto a los
aliados en la II Guerra Mundial. Sus miembros respaldan abiertamente un gobierno de facto y
niegan que haya sido una dictadura el régimen militar instaurado
en 1964, cuando fue derrocado el presidente electo Joao Goulart. Luego de este primer puesto, ubicado a unos 300 metros del
Congreso y frente a la Cancillería, fue creado otro, integrado
por miembros del Movimiento Brasil Libre, surgido en las
multitudinarias marchas opositoras contra Rousseff. Este segundo grupo llegó a Brasilia en setiembre luego de
realizar una marcha a pie desde San Pablo. Finalmente en octubre más agrupaciones pro "impeachment" se
establecieron frente al Congreso, a unos 50 metros del ingreso
principal. Sus representantes estuvieron junto al Partido de la
Socialdemocracia Brasileña (PSDB) el mes pasado cuando se
presentó un pedido de "impeachment" contra Rousseff. También en octubre miembros del Movimiento Brasil Libre y
otros grupos afines se encadenaron en columnas internas del
Congreso exigiendo que el "impeachment" sea tramitado sin
dilaciones. Incluso el presidente del PSDB, Aécio Neves, conversó con los
activistas, en su mayoría jóvenes, de las agrupaciones pro
"impeachment". Sin embargo con el correr de las semanas Neves, ex candidato
presidencial en 2014, pareció tomar distancia de estas
agrupaciones,las que no ocultaron su disgusto por el
distanciamiento. Además de recibir el aval de Neves los inconformes contaron
con el apoyo de otro dirigente opositor de peso, el titular de
la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Fue Eduardo Cunha quien autorizó a los activistas que
instalen sus pertrechos prácticamente a las puertas del
Congreso. Finalmente tanto el senador socialdemócrata Neves como el
jefe de diputados Cunha rompieron, de hecho, con estos grupos en
la medida que sus actitudes se tornaron cada vez más radicales. Aécio Neves reconoció ayer que su partido, el PSDB, no cuenta
con el peso suficiente para lograr el voto mayoritario del
"impeachment" en el Congreso. No obstante lo cual prometió seguir bregando por el
enjuiciamiento de Rousseff a partir del año próximo. Por su parte Cunha asumió la ruptura con los indignados al
ordenar que la policía parlamentaria, junto con la policía
militarizada de Brasilia, los quite del lugar que ocupan.
DCP/MRZ
20/11/2015 21:09
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