(ANSA) - BRASILIA, 14 MAR - La presidenta brasileña Dilma
Rousseff encabezó una reunión de emergencia con sus principales
ministros para analizar el impacto político de las
multitudinarias protestas realizadas ayer en todo el país que
exigieron su salida del gobierno y repudiaron al ex mandatario
Luiz Inácio Lula da Silva. Rousseff mantuvo un encuentro con ministros en el Palacio
del Alvorada, residencia oficial de Brasilia, luego de las
marchas que reunieron más de 3 millones de personas según los
cálculos de las policías estaduales, la mayor de ellas en San
Pablo. Según la Policía Militarizada paulista hubo 1,4 millones de
inconformes en la Avenida Paulista, mientras Datafolha
contabilizó 450.000 asistentes, cifra que según esa encuestadora
es la más alta desde 1984. Rousseff analizó el impacto político de las marchas, que se
realizaron en los 27 estados de la Unión, junto al jefe de
gabinete Jaques Wagner, el ministro de Hacienda Nelson Barbosa,
el abogado general de la Unión José Eduardo Cardoso y otros
funcionarios. El encuentro se prolongó hasta altas horas de la noche del
domingo, pero poco antes de iniciarse, la presidencia divulgó un
comunicado en el que aseveró que "la libertad de manifestación
es propia de las democracia y debe ser respetada por todos". "El carácter pacífico de las ocurridas este domingo demuestra
la madurez de un país que sabe convivir con opiniones
divergentes y garantizar el cumplimiento de las leyes", señaló
el comunicado de la presidencia. "Las protestas no nos sacan el sueño, o mejor dicho nos
pueden sacar el sueño pero tenemos que seguir adelante", declaró
José Guimaraes, jefe del bloque del gobierno en la Cámara de
Diputados.
(ANSA).
DCP/MRZ
14/03/2016 13:24
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