(ANSA) - BRASILIA, 28 MAR - La presidenta brasileña Dilma
Rousseff se reunió hoy con ministros del Partido Movimiento
Democrático Brasileño (PMDB) para persuadirlos de permanecer en
el gobierno y preservar la coalición oficialista, mientras el
vicepresidente Michel Temer articula la ruptura de esa
agrupación que puede ser anunciada mañana. Rousseff conversó hoy con varios ministros del PMDB, que
cuenta con 7 asientos en el gabinete, para convencerlos de que
permanezcan en el gobierno y no se sumen a la corriente
"sesionista" que es la mayoritaria en esa agrupación. Desde 2010 el PMDB, del vicepresidente Michel Temer, integra
la alianza gobernante junto al Partido de los Trabajadores (PT),
de Rousseff y el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. Uno de los funcionarios "pemedebistas" recibidos hoy por
Rousseff en el Palacio del Planalto fue Eduardo Braga, titular
de la cartera de Minas y Energía, quien el fin de semana declaró
a un diario de San Pablo que es equivocado ser "precipitado" y
dar un portazo al gobierno. La posición moderada de Braga es compartida por el ministro
de Salud Marcelo Castro, quien afirmó que su partido tiene que
"colaborar" para remontar la crisis. En todo caso las declaraciones de los dirigentes
"pemedebistas" deben ser analizadas como pronunciamientos
circunstanciales que pueden modificarse con el correr de las
negociaciones en curso, y cuando la gobernabilidad de Rousseff
parece agotada.
Todos los diarios locales publicaron hoy que según los
conteos informales se avizora que una amplia mayoría del PMDB se
pronunciará por la ruptura con el gobierno en la reunión del
directorio prevista para las primeras horas de la tarde del
martes en Brasilia. Con la mayor bancada en el Senado y una de las más numerosas
en Diputados el PMDB es una formación clave para la votación del
"impeachment" contra Rousseff, que comenzó a ser analizado en la
Comisión Especial creada hace tres semanas. Por eso Rousseff ante la improbable tarea de evitar que el
PMDB se vaya de la alianza, intenta al menos retener algunos
miembros en el gabinete que pudieran influir sobre congresistas
a la hora de votar por el juicio de impedimento. Lo mismo cabe para el ex presidente Luiz Lula da Silva, quien
mantiene conversaciones con altos dirigentes "pemedebistas" para
mantenerlos dentro del redil gobernante. Lula se desempeña como una suerte de ministro sin cartera,
dado que luego de ser nombrado Jefe de la Casa Civil, la Corte
emitió una medida cautelar por la suspendió provisoriamente su
designación. Una vez concluida la labor de la Comisión Especial del
Impeachment que está trabajando a paso redoblado, el parecer de
ésta será sometida a la consideración de loa 513 diputados. Para que prospere el "impeachment" la oposición requiere de
una mayoría especial de 372 congresistas, número que si el PMDB
se va en bloque del gobierno, estaría casi asegurado. Pero no se descarta por el momento que la corriente pro
ruptura se imponga mañana pero con una mayoría estrecha. "Lo que buscamos es obtener una mayoría amplia, general e
irrestricta", declaró Moreira Franco, considerado la mano
derecha del titular del PMDB Michel Temer. El titular pemedebista y vicepresidente de la República Temer
había agendado una serie de reuniones hoy en Brasilia, para
garantizar un claro respaldo a la posición rupturista. En caso de que finalmente Rousseff sea apartada de su cargo,
sería Michel Temer quien ocuparía la primera magistratura hasta
el fin del mandato el 31 de diciembre de 2018. El vicepresidente cosechó importantes apoyos en el mundo
económico como el que le garantizó el titular de la Federación
de Industrias de San Pablo, Paulo Skaf. También es respaldado por dirigentes del Partido de la
Socialdemocracia Brasileña, como el ex presidente Fernando
Henrique Cardoso y el senador José Serra, cuyo nombre es citado
como posible jefe de gabinete, en caso de que Rousseff deje el
gobierno anticipadamente.
DCP/ACZ
28/03/2016 19:56
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