SANTIAGO DE CHILE, 26 (ANSA)- La Conferencia Episcopal de
Chile entregó hoy un nuevo protocolo a seguir frente a las
denuncias de abusos sexuales, "fruto de un proceso emprendido
por la Iglesia en Chile en uno de los momentos más dolorosos de
su historia", según argumentaron. En el prólogo del documento, el vicepresidente de la
Conferencia, monseñor Alejandro Goic, afirmó que "los abusos
contra menores perpetrados por clérigos marcan, ciertamente, un
antes y un después en la vida eclesial chilena".
El obispo comparó "la Iglesia samaritana de ayer, voz de los
sin voz, refugio de vulnerados y vulnerables, la que abría sus
puertas para ofrecerles amparo y protección, la que desde su
fuerza moral emergía como referente natural para grandes
acuerdos nacionales", bajo la dictadura militar (1973-1990). "Nos preguntamos: qué nos ocurrió?, cómo pudimos llegar al
contrasentido de nuestra misión que significa el daño a
menores?, cómo recuperar nuestra debilitada credibilidad de
hoy?", interrogó Goic. "Corresponderá a otras generaciones poder mirar en
perspectiva en qué fallamos", acotó.
Aseguró que hoy dan un paso relevante en el proceso de
acompañamiento y reparación de víctimas. "Ayer éramos los
Obispos quienes clamábamos verdad y justicia. Hoy hermanos y
hermanas nuestras exigen de nosotros, pastores, garantías más
contundentes de que no hay lugar en el sacerdocio para quienes
abusan de niños, niñas y jóvenes".
La Iglesia Católica recibió las primeras denuncias de abusos
sexuales contra menores en 2002, pero el obispo acusado sólo fue
enviado a otro país. Recién en 2010, las denuncias de tres
profesionales contra un connotado sacerdote, Fernando Karadima,
el obispado se tiene que hacer cargo de las graves acusaciones
investigar e informar al Vaticano. Goic sostuvo que al actualizar las normas se están haciendo
cargo de "este flagelo" y reconoce que "estamos todavía lejos
del horizonte que nos proponemos hacia un "nunca más abusos".
Las Líneas Guía, agregó, "se han tejido a partir de los
dolorosos aprendizajes de este tiempo. Asomarnos a la herida
abierta y disponernos a curar nos estremeció y nos sigue
estremeciendo. Nos duele lo obrado mal. Nos lastima por cada
persona dañada, por cada persona silenciada, por cada lágrima
derramada y también por las contenidas". Admitió que "no serán estas Líneas Guía las que reparen el
daño irreparable". "Pero con la ayuda de Dios, la voluntad y
firme decisión de cada uno de mis hermanos obispos y los
superiores religiosos, podremos ofrecer a nuestras comunidades y
a la sociedad chilena la respuesta eclesial clara y categórica
que se espera de nosotros en esta hora", subrayo. Dentro de las principales líneas destaca: la obligación de
proteger al menor, la integridad en el ministerio sacerdotal,
compromiso con la transparencia y responsabilidad, colaboración
con la sociedad y las autoridades. Asimismo detallan el
procedimiento ante la denuncia, la protección del denunciante,
la relación con la comunidad, entre otros. (ANSA).
MBA-ADG/MRZ
28/05/2015 00:33
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