Por Margarita Bastías
SANTIAGO DE CHILE, 31 (ANSA) - La película "El Club", de
Pablo Larraín ("No" y "Tony Manero"), ganadora del Oso de Plata
en Berlín -de reciente estreno en cuatro salas- muestra en forma
cruda la falta de conciencia de los curas que cometieron abusos
sexuales y que fueron apartados de sus funciones pero, a la vez,
protegidos por la Iglesia Católica.
Sin concesiones, el espectador chileno puede reconocer
nombres y circunstancias en las historias de cuatro sacerdotes
que viven en forma apartada en una hermosa localidad rural
frente al mar, sin recordar por qué están allí, aislados, sin
tener contacto con la feligresía a la cual una vez
pertenecieron.
Toda esta vida tranquila sin contratiempos va a cambiar con
la llegada de un quinto sacerdote que les va a traer de vuelta
su pasado.
Las interpretaciones están a cargo de consagrados actores:
Jaime Vadell, como ex capellán de las Fuerzas Armadas, Alejandro
Goic, el cura que entregó sin consentimiento hijos de
adolescentes a parejas infértiles, Alejandro Siveking, el viejo
que cometió abusos sexuales durante décadas, Alfredo Castro, que
intenta olvidar su homosexualidad apostando en carreras de
perros.
Jaime Vadell -en diálogo con ANSA- expresó su confianza en
que la película "va a tener una recepción sorprendente porque es
seria; la gente está un poco cansada de las cosas baladí. La
sociedad chilena esta abierta a todo, y está precisamente
abriendo heridas".
Destacó el hecho de haber ganado el Oso de Berlín, "que no es
fácil", y dijo que los grandes atributos de la cinta están en
"el tema, la realización y la fotografía".
José Soza, el quinto cura, coincidió en que "el público ya
está muy consciente de lo que pasa. En esta película el abuso
pasa a meterse en un problema más profundo que es la falta de
conciencia, de cómo cierta persona investida de autoridad, es
capaz de manipular a tanta gente, generaciones, y el asunto del
clero que no es capaz de llevar estos casos a la justicia".
En tanto, la actriz Antonia Zegers (esposa de Pablo Larraín),
quien representa a la monja que cuida a los curas, señaló que
"el arte es un correlato de la historia y relata la misma
historia que uno ve en la televisión, pero a través de una
ventana distinta que te permite mirar de otra manera nuestro
acontecer diario".
"Y claro, la Iglesia ha salido al tapete por muchas temas, y
el cine hace su relectura y la entrega a la sociedad para que
amplíe sus puntos de vista. Nuestra contribución es al diálogo,
a la reflexión, no creo que de aquí se tenga que sacar una
conclusión, creo que la primera invitación es a verla y a entrar
en la conversación", añadió la artista. Dentro de los asistentes al estreno estaba el médico James
Hamilton, uno de los tres profesionales denunciantes de Fernando
Karadima, el sacerdote más influyente entre 1980 y 2000,
formador de cinco obispos y considerado un santo por la elite
local.
Hamilton valoró estas realizaciones como una contribución a
la "resiliencia" y que los abusados descubran que no son
culpables. "En el proceso de sanación pasan muchos años para
descubrir que se fue víctima, y después otros muchos años para
llegar a sobreviviente. Entonces, todo lo que signifique
acelerar estos procesos en aquellos que han sufrido algún tipo
de abuso es edificante y es bueno", reflexionó.
Abogó para que se avance en los procesos de superación y
reparación y destacó que "la sociedad tiene que tener un rol
porque nuestros niños están en peligro y tenemos que protegerlos
y, si han sido dañados, ayudarlos en un proceso de reparación".
MBA/MRZ
31/05/2015 19:29
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