Por Margarita Bastías
SANTIAGO DE CHILE, 6 (ANSA)- La presidenta Michelle Bachelet
alcanzó sólo un 27 por ciento de respaldo durante junio, período
marcado por el paro de profesores que se inició el 1 de junio y
la demora en nombrar a un reemplazante del ministro de la
Presidencia, Jorge Insunza, quien cayó por descubrirse que
prestaba asesorías a las mineras junto a su labor parlamentaria. La desaprobación a la Jefa de Estado llegó al 68 por ciento
igualando a la administración anterior de Sebastián Piñera, en
pleno apogeo de las manifestaciones estudiantiles de 2011,
informó hoy Adimark.
El presidente de la consultora, Roberto Méndez, sostuvo que
la Copa América -inaugurada el 11 de junio y cuyo título ganó
Chile el 4 de julio- ayudó a mejorar en algo la evaluación.
"Esta es una encuesta que se hace a lo largo del mes, y
efectivamente cuando al final estaba lanzada da la impresión que
hubo una pequeña tendencia a mejorar, lo cual indica que si no
hubiera habido fútbol sería peor", dijo el ex asesor de Piñera. El cientista político Patricio Gajardo analizó en diálogo con
ANSA que los atributos de Bachelet más deteriorados son "le
genera confianza" (61) y "es creíble" (60), los cuales han sido
la base de sustento de su liderazgo.
Añadió que la Copa América, donde ella fue a los partidos de
Chile e intentó recuperar la cercanía con la ciudadanía, no le
resultó "porque estamos frente a un problema más estructural".
El caso Caval, como se conoce el millonario préstamo a la
nuera de Bachelet para un negocio de especulación inmobiliaria,
"afectó su liderazgo", apuntó el analista, pues "no hay que
olvidar que la coalición está sustentada en el liderazgo de
ella, que a la vez se basa en la confianza que representa ella". A su juicio, la mandataria debería intentar reorientar su
liderazgo hacia otro aspecto, más allá de la empatía personal,
simpatía o relación horizontal con los ciudadanos, y "debería
empoderarse más en temas de gestión".
Gajardo analizó que hay una evaluación negativa del gobierno
en su conjunto. Los nuevos ministros, Jorge Burgos en Interior y
Rodrigo Valdés, en Hacienda, no se han consolidado en sus
cargos. "No hay una percepción de que el cambio de gabinete
sirvió para marcar un cambio de giro o el inicio de un segundo
tiempo. El caso Insunza opacó el cambio de gabinete, pero para
mí el caso emblemático fue Caval, y eso no ha logrado ser
modificado, cuando se evalúa credibilidad y confianza, eso no
depende de Insunza". Coincidió que la paralización del Magisterio "es clave y uno
de los factores más relevantes, particularmente en los sectores
en que genera más adhesión (medio-bajo) y particularmente las
mujeres. Evidentemente, la pérdida de clases o no tener
posibilidades de que los hijos acudan a los colegios, es un
factor muy potente en términos de baja en el apoyo". El apoyo de
las mujeres cae de 36 por ciento (mayo) a 28 por ciento en
junio.
Gajardo profundizó que "el liderazgo de Bachelet era un
fenómeno político-social increíble, casi inexplicable, generaba
una carisma por su cercanía, credibilidad y confianza y eso no
se podía inventar". A diferencia de Dilma Rousseff, en Brasil
(cuya popularidad cayó a un 8 por ciento), "el liderazgo nunca
fue empático, como era (Inacio da Silva) Lula. Dilma es una
mujer dura que no construyó su liderazgo en base a una relación
de simpatía sino de capacidad técnica y de gestión, y ahí ha
estado fallando, y sólo depende de que revierta la situación". "El problema de Bachelet es que era un fenómeno social,
auténtico, espontáneo que cuando lo pierde e intenta asumir en
una primera línea como una persona que toma las decisiones,
falla", dice el politólogo. Sostuvo que la mandataria "no tiene
capacidad de gestión, ninguna. En 2014 constituyó un gabinete
sustentado en su figura, pero bastó que cayera el gabinete para
que la capacidad de gestión de ella quedara en duda".
Explicó que en el primer gobierno (2006-2010), "tuvo personas
de peso que le permitieron ejercer más como Jefa de Estado, que
de Gobierno". Consultado por la reacción de los poderes fácticos dadas las
reformas estructurales que planteaba para su segundo gobierno,
Gajardo expuso que "tienes que asumir que si te planteas un
proceso refundacional, vas a tener una fuerte oposición".
Compartió que las sociedades están más complejas, con una
ciudadanía más empoderada, por lo que los gobernantes necesitan
mayores habilidades. "Liderazgo llano, horizontal, empático,
puede servir para alcanzar el poder pero si no va acompañado de
poder de gestión y de tomar decisiones, no te vale.
A Bachelet le gusta ser querida, no creo que a Dilma o
(Angela) Merkel le importe. Bachelet no tendría esa reacción de
Dilma quien dijo que con un 8 por ciento "sobrevivirá igual",
completó el especialista.
MBA/ACZ
06/07/2015 19:21
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