SANTIAGO DE CHILE, 17 (ANSA) - La Brigada de Derechos Humanos
de la policía civil de Investigaciones de Chile detuvo al mayor
retirado del Ejército, Jaime Torres, uno de los dos militares
que aún no se presentaba a cumplir la condena de 15 años sin
beneficios por el secuestro y asociación ilícita en el crimen
del químico de la DINA, Eugenio Berríos, el agente que sabía
demasiado.
La Corte Suprema ratificó el martes las sentencias a 14
militares y tras el suicidio al día siguiente del ex jefe de
Inteligencia del Ejército, Hernán Ramírez Rurange, el juez
Alejandro Madrid ordenó la ratificación inmediata de los 13
uniformados restantes, 11 de los cuales ingresaron el jueves al
penal de Punta Peuco.
Con la detención de Torres, sólo se mantiene prófugo el
capitán (r) Arturo Silva, autor material del crimen de Berríos,
quien el martes de la semana pasada, tras conocer la condena, se
declaró en rebeldía y anunció a su familia que pasaba a la
clandestinidad.
Con 61 años, experto en inteligencia, ex jefe de seguridad
del dictador Augusto Pinochet y luego guardaespaldas de Agustín
Edwards (dueño de la poderosa cadena periodística El Mercurio),
es definido como "un sujeto de temer", "un asesino profesional". Perteneció al grupo que, tras el retorno de la democracia en
1990, planificó la salida de Chile de aquellos agentes de
inteligencia que iban a ser citados a declarar ante la justicia
por casos de violaciones a los derechos humanos. Acompañó en 1991 a Berríos a Argentina y luego a Uruguay,
donde en 1992 el químico denunció que estaba secuestrado por la
policía de inteligencia chilena.
Fue la última vez que se lo vio hasta que su cuerpo apareció
en 1995 en la playa uruguaya de Pando, enterrado con la cabeza
hacia abajo y dos tiros en el cráneo.
MBA-MAC/ACZ
18/08/2015 00:35
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