Por Margarita Bastías
LOS VILOS, CHILE, 18 (ANSA)- Desolación se vive en el borde
costero de la región de Coquimbo, donde populares balnearios
fueron arrasados por el mar que subió 20 minutos después del
terremoto de 8,4 grados en la escala de Richter (hasta 10), que
azotó a Chile la noche del miércoles. En Los Vilos, 225 kilómetros al norte de Santiago y a 55 de
Illapel y Canela, epicentro de la catástrofe, matrimonios
recorren la playa y no pueden creer lo ocurrido en su lugar
favorito de descanso desde hace 40 años.
"Esto era todo un hermoso paseo", dice a ANSA una pareja que
conversa con Elena Jaime, nacida y criada en Los Vilos. La mujer
llora al recordar que buscaba a su perro cuando vino el violento
sismo. "Era un permanente saltar, me alcancé a afirmar en una
ventana, nunca en mis 59 años había visto algo igual", a lo que
el matrimonio asiente.
"Nosotros nos abrazamos en la cabaña en que estábamos,
habíamos llegado ese mismo día para pasar las Fiestas Patrias",
acota.
Elena Jaime, quien estaba preocupada de su madre que estaba
sola en la verdulería del centro, contó que lo único que se
podía hacer frente al movimiento telúrico era rezar "y pedirle a
Dios que, por favor, parara esto". Vecinos habían acompañado a
su anciana mamá. A solo 10 metros de la playa, jóvenes ayudan a recoger los
escombros y muebles destruidos de la casa en que entró sin
piedad el agua, llevándose todo el frontis, quebrando ventanas y
dejando inhabitable la habitación. A un costado, los botes
partidos en dos, son otra muestra de la violencia del agua de un
mar que siempre ha estado en calma, y que es la gran atracción
en los veranos y festivos.
Al lado, un hombre con un clavo y un martillo trata de
componer su vivienda, también de madera. Aprovechan la luz de
día ante la falta aún de suministro eléctrico. Más allá se
divisa abandonada una casa que quedó convertida en rombo al
ceder sus costados.
Un par de Carabineros de la Unidad de Frontera cuenta que
llegaron la madrugada del jueves desde el paso limítrofe de Los
Andes, no han dormido, pero el 19 van a desfilar en la
tradicional Parada Militar que se realiza en el Parque
O'Higgins, y luego vuelven. Afirman que en la población hay
calma y que no ha habido problemas, salvo las constantes
réplicas en la zona que vive un constante vaivén.
Más hacia el norte, en Coquimbo, La Serena, Tongoy, lugares
turísticos masivos por sus playas y blancas arenas (a 400
kilómetros de Santiago), lamentan la cancelación de reservas. Los "fonderos" intentan reavivar los festejos de Fiestas
Patrias. En La Palmilla se celebra el "Dieciocho Chico", que se
realiza el fin de semana siguiente. En Tongoy, los comerciantes
perdieron sus mercaderías y locales en el más típico lugar donde
se almorzaba y comía al ser inundado por las olas.
En el barrio inglés, el dirigente de la Asociación Gremial,
confirma que "tenemos una pérdida total, se destruyeron pisos,
murallas y toda la maquinaria. Hay que reconstruir todo".
El gobierno no tiene una estimación total de las pérdidas.
Los ministros recorrían hoy los diferentes lugares amagados para
tener un catastro formal. La presidenta Michelle Bachelet
recorrió el jueves la región.
La Oficina Nacional de Emergencia ratificó que hasta ahora
hay 13 personas fallecidas y nueve heridos, 81 albergados; 642
damnificados; 62 viviendas destruidas y 192 con daño mayor no
habitable; 34.009 clientes sin suministro eléctrico y 9.070 sin
agua potable. Nueve de las víctimas son de la región de Coquimbo (dos de
Illapel, dos de Montepatria, tres de La Serena y una de Tongoy);
tres de la Región de Valparaíso y una de Santiago.
La Región de Coquimbo se encuentra en estado de Excepción
constitucional, pero sin toque de queda, porque "no se
justifica", ratificó hoy el Jefe de Zona, general de brigada
Schafick Nazar Lázaro.
MBA/MRZ
18/09/2015 22:27
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