Por María Zacco
MAR DEL PLATA, 6 (ANSA)- El hombre que fue Salvador Allende,
sensible y con contradicciones, sale a la luz en "Allende mi
abuelo Allende", documental de Marcia Tambutti, una de las
nietas de quien fuera un símbolo de la democracia a nivel
mundial, que se exhibe en Festival Internacional de Cine de Mar
del Plata. La película, galardonada como Mejor Documental en el último
Festival de Cannes (integró la sección Quincena de
Realizadores), se exhibe en la Competencia Latinoamericana del
Festival de Mar del Plata. Durante ocho años, Tambutti -hija de la senadora Isabel
Allende- rastreó fotos familiares para saldar, en parte, el
vacío que dejó el robo por parte de los militares de los álbumes
cuidadosamente confeccionados por su abuela Tencha. Curiosamente, en esa búsqueda Marcia descubrió que "Chicho"
-mote con el que sus íntimos llamaban a Allende- había dejado de
ser para ella una foto fija y tomó una dimensión más humana. "Por primera vez pude imaginármelo de cuerpo entero", dice al
inicio del filme la realizadora, quien creció en México y
regresó a Chile en 2007, donde se instaló definitivamente. Tambutti logra un doble objetivo con su trabajo: recuperar,
en parte, fotos de su abuelo a través de amigos, conocidos y
coleccionistas y crear un retrato íntimo de su abuelo, muy
alejado de la figura pública, totalmente desconocido para ella. La familia Allende siempre se ocupó de difundir el legado
político del ex presidente chileno (1970-1973), derrocado por un
golpe de Estado al mando de Augusto Pinochet, que terminó con su
suicidio en la Casa de la Moneda. Sin embargo, crearon un cerco de silencio sobre cómo era
Allende esposo, padre y abuelo. Una barrera que a Tambutti le
costó franquear, tal como queda demostrado en los 90 minutos de
película. A más de 40 años de la muerte de su abuelo, la joven permite
acceder a la vida cotidiana de Salvador Allende, con sus
virtudes y dobleces, de los que poco quieren hablar tanto su
abuela como su tía Carmen Paz y su madre, Isabel. Muchas de las fotos que nadie había visto antes las guardaba
Maya, prima de la realizadora e hija de Beatriz ("Tati"),
conocida como "la hija revolucionaria de Allende", quien tuvo un
cargo en el gobierno de Fidel Castro y se suicidó, con apenas 34
años, en La Habana. Imágenes en blanco y negro muestran al político socialista
con Maya en brazos, de bebé. Otra secuencia permite apreciar a
la niña, un poco más grande, mientras le alcanza un juego de
ajedrez, él una pelota y otra en la que la abraza. Es verano y
Allende lleva el torso desnudo. Está en El Cañaveral una casa
que pertenecía a su secretaria, Miria Contreras Bell ("Paya"),
consignada como su amante. La mayoría de las fotos de la vida íntima de Allende fueron
tomadas en esa casa, que era su residencia alternativa (su
residencia oficial era la casa presidencial de Tomás Moro). La cineasta se empeña en preguntarle a su madre sobre estas
cuestiones, quien se niega a hablar. Tampoco lo hace su abuela,
quien apenas le aclara que sufrió mucho. Lo interesante del documental de Tambutti es el indiscutible
poder de las fotografías, que no necesitan epígrafes ni
introducciones. A través de ellas se van develando cuestiones
jamás habladas en el seno de la familia Allende. Durante los ocho años que duró el rodaje del documental, la
actualidad impuso su fuerza: Mencha falleció el 18 de junio de
2009, a los 95 años y en 2011 los restos de Allende fueron
exhumados por orden de un juez para determinar las
circunstancias de su muerte.
Esos sucesos quedaron, a modo de epílogo, registrados en el
documental, un retrato sensible pero sin concesiones en el que
Tambutti logra su objetivo: hilvanar la historia familiar y
reconocerse en su abuelo, ese hombre silencioso y reservado pero
también con un gran sentido del humor, muy lejos del señor de
traje retratado en los periódicos.
MRZ/ACZ
06/11/2015 15:39
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