Por Margarita Bastías
(ANSA) - SANTIAGO DE CHILE, 11 ABR - Las palabras de la
poetisa Gabriela Mistral siguen "quemando" a la conservadora
sociedad chilena, la cual aún se debate en las contradicciones
que hace 100 años tan bien describió la Premio Nobel de
Literatura 1945, primera mujer hispanoamericana en recibir dicha
distinción.
Así quedó de manifiesto en la performance realizada
en la casa de estudios superiores en honor de la poetisa, con
motivo de los 127 años de su nacimiento.
Soledad Falabella, doctora en literatura hispanoamericana,
explicó en diálogo con ANSA que a través de los poemas "La
extranjera", "La bailarina", "¿Adónde es que tú me llevas?",
"Reparto de tierra", "Campesinos" y "Araucanos", "vamos
elaborando una Mistral muy vanguardista que aborda temáticas que
hoy siguen siendo vigentes".
"Una Mistral conflictiva en lo político y estético por los
sujetos que va poniendo sobre el tapete y, sobre todo, una
Mistral que no le tiene miedo en nombrar las cosas por su
nombre", señaló la académica que desde hace más de 20 años
estudia a la poetisa. Consultada sobre las razones por las cuales cuesta tanto que
la autora nacida en Vicuña tenga un lugar destacado en la
sociedad del país y sea más reconocida y elogiada en el
extranjero, Falabella indica que "Chile es un país tremendamente
misógino, con grandes desafíos morales que trabajar, con poca
capacidad de evolucionar como sociedad. Gabriela Mistral vio
estos lugares poco transparentes, poco felices y violentos, y le
tocó además sufrirlos". La experta recordó por otro lado a "la guerra" que debió
enfrentar de parte de la institución normalista, en ese entonces
a cargo de la educación en Chile, por no tener la poetisa un
título en la educación formal. Mistral no era autodidacta sino
que recibió instrucción de manera informal, a través de su
abuela y su hermana.
"A ella le tocó ver todas estas incongruencias de nuestra
sociedad, estos grandes desafíos, y como era una maestra del
nombrar y problematizar, por su oficio de poeta, lo supo poner
por escrito. Es decir, tenemos una fuente ética para trabajar
nuestro pensamiento crítico que es espectacular".
"Ahora -advierte la especialista- ella quema. Si uno le hinca
el diente en serio, tenemos que enfrentarnos a todos nuestros
"cucos" (miedos): los mismos que están ahora" en camino a los
tribunales (alusión a casos de corrupción que afectan a la clase
política NdeR) y que "zafan con penas ridículas, eso mismo es lo
que ella denuncia en su poesía, esos vicios". "Es lamentable que no se recuerde a Mistral como debiera,
pero también es esperable dado el tipo de sociedad que tenemos:
discriminadora, misógina, que no soporta a las mujeres fuertes,
con opinión, y que además -añade Falabella- tiende a privilegiar
un consenso solapado para evitar los conflictos y no extirpar la
pus aunque duela".
Todavía en el Chile de hoy, agrega, "se opta por no llegar
hasta el final, y la Mistral va hasta el hueso". De la formación de la maestra, Falabella cuenta que "recibe
el apoyo de los masones, incluyendo el vínculo con José
Vasconcelos, que le permite irse a México. Otro le facilita su
biblioteca, donde ella lee a todos los autores franceses, a los
rusos, donde aprende de (Charles) Baudelaire, que lo lee en
francés, y es el que ella regala a Pablo Neruda cuando lo conoce
en Traiguén (sur de Chile). Neruda decidirá después estudiar
francés en el pedagógico de la Universidad de Chile".
"Ella viene de la precariedad económica pero no de la
precariedad cultural", enfatiza la académica para acotar
enseguida: "Si hacemos una historia cultural y tenemos que
pensar en nuestros creadores que hacen la diferencia y son parte
del mundo, las grandes obras que movilizan el siglo XX son
creaciones populares": en ella están Mistral, Neruda, Víctor
Jara, Violeta Parra, destaca por último la experta. (ANSA9
MBA-RIG/ACZ
11/04/2016 18:59
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