Por Francisco Forteza
LA HABANA, 27 (ANSA) - El diálogo de paz colombiano en Cuba
sobrevive bajo grandes tensiones y tuvo hoy otra sesión casi una
semana después de que el conflicto armado que quiere detener se
agravó en Colombia. Hoy en La Habana las FARC acusaron al ejército de Colombia de
"asesinar" a un ex integrante de su delegación de paz en Cuba,
"Jairo Martínez", quien según la guerrilla estaba en un
campamento haciendo labores de pedagogía de paz durante un
bombardeo. Pedro Nel Daza Martínez, el verdadero nombre de "Jairo
Martínez", era uno de los miembros las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia más mediáticos, ya que, durante las
fallidas negociaciones de paz con el gobierno de Andrés Pastrana
(1998-2002), ejerció como el contacto con la prensa que cubrió
esos diálogos en el sur del país. En un comunicado leído esta mañana antes de recomenzar las
negociaciones en una sala del Palacio de las Convenciones de La
Habana los insurgentes pidieron "intervención internacional"
para investigar denuncias de que "guerrilleros heridos fueron
rematados" en esas operaciones. Expusieron que el saldo de los
bombardeos "en varias regiones" son 40 de sus integrantes
muertos. "Queremos afirmar de manera enfática, que se equivoca el
Gobierno de (Juan Manuel) Santos si piensa que con los cuerpos
destrozados y la sangre de nuestros compañeros, va a imponernos
una justicia que no persigue la responsabilidad de los
poderosos", expuso el comunicado leído por el negociador
comandante Pastor Alape. Además confirmó la muerte, también en esos bombardeos, de
Alfredo Alarcón Machado, "Román Ruíz", integrante del Estado
Mayor Central de esa organización, el guerrillero de mayor rango
que muere este año. "Sea este el momento para enviar a los familiares de los
guerrilleros caídos, a nombre del Secretariado de las FARC,
nuestra más profunda condolencia. Cayeron ellos mientras
enarbolaban la bandera de la causa más justa: la paz con
justicia social y democracia para todos los colombianos", señaló
Alape. En su mensaje, las FARC hicieron "un llamado a la
restauración de la confianza perdida en los últimos días, a la
necesidad de volver a encontrar los caminos del desescalamiento
de la guerra, por el que se empezaba a transitar". "El destino
de Colombia, no puede ser el de la guerra", concluyó Alape. En Bogotá hoy el gobierno colombiano acusó a la guerrilla de
llevar a cabo tres ataques con explosivos en el puerto de
Tumaco, en el departamento de Nariño, frontera con Ecuador, con
un saldo de por lo menos cinco heridos, entre estos dos policías
y el tres infantes de marina. Pese a la evidente intensidad de las acciones armadas en
Colombia, las delegaciones desarrollaron en los últimos días sus
sesiones de conversaciones en Cuba "normalmente" al menos en sus
mecanismos. Las discusiones en la mesa son herméticamente
secretas. Los insurgentes, que han seguido con su "tradición" de hacer
sus denuncias antes de cada sesión sí advirtieron en su
comunicado de este miércoles que el tema de "justicia" deberá
ser "abordado por las partes en su debido momento. No lo
rehuimos. Tenemos fórmulas para buscar la reconciliación de la
familia colombiana. No hemos venido a La Habana a negociar
impunidades". No obstante mencionaron como condición que "primero deberá
darse una respuesta al paquete de propuestas mínimas sobre
víctimas del conflicto que hemos presentado al gobierno".
Insistieron en pedir una tregua bilateral. "Es imperativo
conjurar el fuego de la guerra que amenaza con reactivarse en el
territorio nacional, cuando hasta hace poco avanzaba a paso
seguro el desescalamiento del conflicto. Las conversaciones de
paz no progresarán con baños de sangre, presidente Santos",
afirmaron. El presidente ordenó en abril último la reanudación de los
bombardeos contra la guerrilla a causa de un ataque insurgente
que dejó 11 militares muertos, tras haberlos suspendidos en
marzo.
BY2/MRZ
27/05/2015 18:42
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