Por Oscar Escamilla
BOGOTA, 28 (ANSA) - El gobierno de Colombia descartó hoy la
posibilidad de romper relaciones diplomáticas con Venezuela, a
raíz de la crisis desatada por el trato dado a los colombianos
expulsados de municipios vecinos en la frontera común y el
incumplimiento de acuerdos entre las dos naciones para superar
la situación. "Para alguien que casi ha estado la vida entera en la
diplomacia el rompimiento de las relaciones es una cosa ya
extrema y no lo hemos pensado. El llamado a consultas del
embajador es la primera de grandes manifestaciones por la
actitud que ha tenido el gobierno de Venezuela y la
imposibilidad que hemos visto para trabajar conjuntamente temas
específicos", manifestó la canciller colombiana, María Angela
Holguín, a radios locales. La noche del jueves, el gobierno de Juan Manuel Santos llamó
a consultas a su embajador en Caracas, Ricardo Lozano, luego que
se impidiera el paso del defensor del Pueblo local, Armando
Otálora, al municipio venezolano de San Antonio, estado de
Táchira, donde residían centenares de colombianos expulsados,
para confirmar el derribamiento de sus viviendas. El acuerdo para que Otálvaro visitara la zona surgió tras la
reunión de las cancilleres de ambas naciones, que el miércoles
anterior se citaron en el balneario colombiano de Cartagena de
Indias, con el fin de buscar salidas a la crisis desatada por el
cierre de la frontera común decretado por Caracas. Según la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, las
autoridades de su país apenas habían echado abajo cinco casas,
relacionadas todas con actos criminales, y la versión de otros
derribamiento era una suerte de mentira mediática de la prensa
colombiana e internacional, para afectar la imagen de su
gobierno. Los acuerdos entre las dos cancilleres también permitiría el
ingreso de vehículos a los barrios desalojados para que sus
antiguos habitantes recuperaran sus pertenencias. Sin embargo, Otálvaro pasó ayer varias horas en la frontera
común a la espera de que algún funcionario venezolano habilitara
su ingreso, pero nadie se presentó, como estaba acordado. En respuesta a la decisión colombiana, Caracas también llamó
a consultas a su embajador en Bogotá, Iván Rincón, al tiempo que
el presidente Nicolás Maduro anunció que la frontera común se
mantendría cerrada. Venezuela alega que el paso fronterizo, a la altura del
Táchira, sirve para el contrabando de productos de ese país y es
fuente de violencias desatadas por supuestos grupos
paramilitares, cuyo objetivo principal es afectar la estabilidad
del gobierno de Maduro y en general del país. Para poner fin al problema, el gobierno venezolano decretó el
estado de excepción en cinco municipios de Táchira y el cierre
de la frontera por dos meses, además ordenó el desalojó de los
colombianos de asentamientos fronterizos, lo que generó la
llegada de miles de personas a Cúcuta, la ciudad colombiana del
otro lado de la línea limítrofe. La canciller Holguín sostuvo hoy que su gobierno no ve
problema en la salida de Venezuela de personas sin estatus
migratorio definido en ese país, pero lo que no admite su
gobierno es el "maltrato" al que han sido sometidas estas
personas. "Nunca les hemos dicho que no a la deportación de personas
que estén irregulares, pero la manera como están siendo tratados
es algo que Colombia no puede seguir tolerando", precisó la
ministra. Además del llamado a consultas del embajador en Caracas, el
gobierno de Santos solicitó una reunión urgente de cancilleres
de Unasur y un encuentro de las naciones que integran la
Organización de Estados Americanos (OEA), para informar de lo
que esta pasando con las personas expulsadas de Venezuela. Holguín dijo que si la reunión de Unasur no se pude realizar
en los próximos días, ese organismo debería enviar una comisión
a la frontera de los dos países para que verifiquen y contrasten
lo que está ocurriendo. "Lo que se puede hacer es que vaya una comisión de Unasur y
mire, pero lo que nosotros queremos es que sea ya, que miren lo
que está pasando ya y no esperar 10 días a esta avalancha de
colombianos asustados", sostuvo la canciller. Las imágenes de mujeres y niños cruzando la frontera, por el
río que divide a los dos países, ha generado indignación en
Colombia, que se ha traducido en la posición de rechazo de
partidos políticos y de diferentes sectores, quienes reclamaban
el gobierno una posición más fuerte ante las determinaciones de
Caracas. "Es conmovedor e indignante el maltrato, es una salvajada lo
que están haciendo con los colombianos en Venezuela y no podemos
seguir tolerando y aceptando esa situación, y por eso las
decisiones de carácter diplomático que tomar ayer el presidente,
justificó hoy el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. En un tono más beligerante se manifestó el ex presidente
Alvaro Uribe (2002-2010), quien le pidió al gobierno de Santos
el retiro de Venezuela como garante del proceso de paz que se
adelanta con el grupo guerrillero FARC en La Habana, Cuba. "Pedimos y apoyamos todas las medidas enérgicas que tome el
gobierno nacional, sin importar lo que ocurra con FARC en La
Habana. El tirano no debe continuar como garante de paz que no
lo es", manifestó Uribe en un comunicado. Por su parte, las FARC dijeron hoy que Venezuela "es y
seguirá siendo fundamental para la paz de Colombia" y pidieron
"echarle agua al incendio chovinista para promover la unidad e
integración de dos naciones".
YK7/ACZ
28/08/2015 18:36
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