Por Oscar Escamilla
(ANSA) - BOGOTA, 10 ENE - La próxima semana el gobierno
colombiano subastará la participación de la nación en la
principal productora y generadora de energía del país, Isagén,
una venta a la que se oponen con vehemencia diversos sectores
del país. La venta del 57,66% de las acciones que posee el Estado en
Isagén se llevará a cabo el próximo miércoles en las
instalaciones de la Bolsa de Valores de Colombia, con solo dos
proponentes en la puja. Se trata de la compañía chilena Colbún, filial del grupo
empresarial familiar Matte, y del fondo canadiense Brookfield
Asset Management (BAM). El gobierno ha dicho que aspira a obtener en la puja por lo
menos 6,4 billones de pesos, unos 2.000 millones de dólares,
dinero que invertiría en la financiación de al menos 25
proyectos viales de gran envergadura. Pese a que el gobierno de Juan Manuel Santos ha intentado por
todos los medios presentar la venta como provechosa para el
país, la oposición a la subasta unió a rivales políticos y tiene
en jaque, incluso, la continuidad de uno de los partidos
oficialistas que ya anunció su retiro de la coalición de
gobierno, si se insiste en la venta. Isagén se convirtió con el paso de los años en una de las
empresas del Estado mejor valoradas por los colombianos, por su
seriedad y por contribuir a la expansión del sector eléctrico de
una nación que pese a tener amplios recursos naturales para
generar energía, está expuesta a los rigores del clima y a las
dificultades de su geografía. En la actualidad Isagén produce más del 15% de la energía que
demanda el país, mediante una capacidad instalada de 3.032
megavatios, representada en siete centrales hidráulicas y
térmicas. A lo largo de la semana que concluye, el gobierno se ha
empeñado a fondo para defender su posición de vender la empresa.
Desde el presidente Santos, así como algunos de sus ministros
han salido a la prensa a esgrimir argumentos para justificar la
subasta. Para el jefe de Estado se trata de "un buen negocio para los
colombianos", toda vez que "Isagén es un activo que produce un
dividendo, una rentabilidad, pero esa rentabilidad es muy baja
comparada con lo que puede producir ese mismo dinero de los
colombianos, por ejemplo, apalancando la financiación de las
grandes carreteras, las grandes obras que necesita el país". Por su parte, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha
explicado que ante las situación económica mundial y con la
caída en los precios del petróleo, que también han afectado los
ingresos del país, se hace necesario mejorar la infraestructura
para enfrentar la competitividad que se avisora en las próximas
décadas. Cárdenas desmintió que los dineros que ingresen por la venta
de Isagén vayan a servir para "ajustar las finanzas del
gobierno" como lo han dicho algunos opositores a la negociación. La puesta en venta de Isagén unió a enemigos políticos
acérrimos como el senador izquierdista Jorge Robledo, y el
expresidente y actual congresista de derecha, Alvaro Uribe,
quienes han criticado duramente la subasta de la empresa
energética. Mientras Robledo sostiene que el gobierno está vendiendo "la
gallina de los huevos de oro a precio de gallina flaca", el
expresidente Uribe ha escrito en su cuenta de Twitter que "en
derroche publicitario y mermelada Santos se gastó el dinero de
la infraestructura que quiere reponer con la venta de Isagén". Pero más allá de los dichos de reconocidos contradictores del
gobierno, lo que resulta más preocupante es que el Partido
Liberal, de la coalición oficialista, le pidiera al presidente
no vender Isagén, incluso algunos de sus senadores han amenazado
con el retiro de la colectividad de la llamada "unidad
nacional", lo que resultaría un daño irreparable para Santos. El Partido Conservador, también aliado del gobierno, está
dividido entre quienes apoyan la decisión de la venta de la
empresa y quienes la rechazan, lo que ha puesto de manifiesto el
malestar por la eventual venta de Isagén. Por su parte, la ong Red por la Justicia Tributaria anunció
que el martes, una vez concluya la vacancia de la justicia
local, emprenderá una serie de acciones judiciales para frenar
la venta. Los opositores a la transacción temen que la empresa una vez
pase a manos privadas socave la soberanía energética del país,
mucho más cuando la nación está al borde de un eventual
racionamiento de energía, por cuenta de los estragos del
fenómeno de 'El Niño', además de cuestionar el bajo costo en que
el gobierno cotizó sus acciones. Contra la venta de Isagén, que lleva años cocinandose, se han
presentado cinco demandas en el Consejo de Estado, tres de las
cuales se resolvieron en favor del gobierno, dos más están en
estudio. La Contraloría de la Nación advirtió el viernes que le era
imposible atajar la venta de la compañía, pero advirtió de los
riesgos de la enajenación de sus acciones a particulares, al
señalar que la infraestructura vial no producirá ingresos
financieros comparables a los de Isagén, entre otras razones. Esta visto que la venta de Isagén podría traer los recursos
que tanto anhela el gobierno, pero las consecuencias políticas
no han sido del todo calculadas, en un año en el que Santos
necesita de todo el respaldo necesario para sacar adelante su
principal proyecto, la paz.
YK7-MAC/ACZ
10/01/2016 18:30
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