Por Oscar Escamilla
(ANSA) - BOGOTA, 13 FEB - Los casos de niños muertos en el
septentrional departamento colombiano de La Guajira, por causas
relacionadas con la desnutrición, obligó esta semana al gobierno
colombiano a responder, ante la ausencia de planes y soluciones
concretas frente al drama humanitario. El gobierno colombiano, a la cabeza de Juan Manuel Santos, se
precia de administrar un país con los recursos suficientes para
convertirse en una despensa mundial de alimentos, sin embargo,
en su territorio decenas de niños mueren cada año en medio de
una hambruna insospechada. "No se puede morir ni un solo niño por desnutrición ni en La
Guajira, ni en ninguna parte del país!", manifestó Santos el
miércoles anterior, tras sostener una reunión con autoridades de
ese departamento y varios de sus ministros y funcionarios
responsables del tema niñez. La reunión fue el producto de la presión mediática, que
durante las últimas dos semanas reveló al país el drama de los
niños de la étnia wayúu que son hospitalizados por desnutrición,
en un departamento rico en recursos minerales y gas, pero con
problemas estructurales profundos sin resolver, entre ellos la
falta de sistemas de acueducto y alcantarillado. La Guajira es un departamento al extremo norte de Colombia, a
orillas del Caribe y vecino de Venezuela, caracterizado por
tener amplios sectores desérticos, con la mina de carbón a cielo
abierto más grande del mundo, llamada El Cerrajón, y habitada en
un alto porcentaje por wayúus. El gran problema de La Guajira ha sido históricamente la
falta de sistemas de acueducto, que en los últimos años se
agravó por cuenta de la falta de lluvias y el actual fenómeno de
'El Niño' que secó los pozos subterráneos de agua que surtían a
las comunidades. Ante la carencia de agua no fue posible que los wayúu
pudieran seguir sembrando maíz, una de sus principales fuentes
nutritivas y de intercambio comercial, al igual que la cría de
chivos, sumado a la carencia de fuentes de trabajo, lo que
disparó la hambruna. Producto de ese cúmulo de males, este año la prensa local dio
cuenta de la muerte de al menos cuatro niños, lo que prendió las
alarmas y puso al descubierto que no se trataba de un problema
temporal, sino de un mal silencioso que lleva años incubándose. Según datos suministrados recientemente por el viceministro
de Salud, Fernando Ruiz, el año anterior murieron por
desnutrición en ese departamento 38 menores de edad, en su
mayoría de la etnia indígena Wayúu, mientras en 2014 la cifra
fue de 48 niños fallecidos. El pediatra guajiro Abdul Dasuki, médico del Hospital Nuestra
Señora de Los Milagros, en Riohacha, capital de La Guajira,
explicó a radios locales esta semana que "un niño desnutrido es
un niño inmunosuprimido, que no tiene las defensas suficiente
para enfrentar una infección", por lo que las causas de la
muerte pueden ser desde una infección urinaria hasta una
neumonía. Dasuki dijo que lleva ocho años como pediatra en La Guajira y
en ese tiempo ha tratado más de 3.000 casos de niños
desnutridos, y sostuvo que de cada 10 niños que van a su
consulta 7 a 8 tienen cuadros de desnutrición. El especialista sostuvo que estos casos son una muestra del
"abandono del Estado". "Mientras no tengan vías de acceso, mientras no tengan agua
potable, educación adecuada, mientras el Estado no tenga un buen
esquema de seguridad alimentaria se seguirán muriendo niños por
desnutrición", acusó Dasuki. Por su parte, Oneida Pinto, gobernadora de La Guajira, añadió
a todos estos males los problemas derivados por el cierre de la
frontera con Venezuela, que le permitía a los wayúu ir de un
lado al otro comerciando sus productos o comprando víveres. Pinto dijo que a todo esto se suma las deudas que tiene el
departamento que lo tiene a las puertas de la quiebra, tras un
empréstito con el Banco Mundial por 90 millones de dólares para
construir un sistema de acueducto, dinero que no aparecen y
cuyas obras no se hicieron, un mal que ha caracterizado al
departamento por décadas y que involucra a varios de sus
mandatarios y políticos, muchos de ellos presos por corrupción. En respuesta a las denuncias, el gobierno presentó esta
semana unas serie de medidas para apaciguar los males y presentó
un listado de sus logros en el departamento, pero hasta ahora
nada de lo dicho ha frenado la continua llegada de niños a los
hospitales locales con rastros de la hambruna. "Nos preocupan los niños de La Guajira y la muerte de uno
solo de ellos es una vergüenza para nuestro país", dijo Santos
esta semana, en un discurso en tono apaciguador, con el que
buscaba bajarle el tono a las denuncias.
YK7-ADG/MRZ
13/02/2016 18:18
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