Por Oscar Escamilla
(ANSA) - BOGOTA, 16 MAR - A las puertas del inicio de la
Semana Santa, el cineasta colombiano Lisandro Duque presenta su
más reciente película, "El Soborno del Cielo", un filme que gira
alrededor del suicidio y la oposición de la iglesia Católica. La cinta de Duque, un confeso ateo, revela las
contradicciones entre los deseos del suicida, el amor de su
familia y su derecho a ser sepultado, frente a la intransigencia
de un sacerdote para quien está primero las leyes divinas. La historia del largometraje se basa en hechos reales que
ocurrieron hace 51 años en la población de Sevilla, en el
departamento (estado) del Valle del Cauca, noroeste del país, en
un época en que el país obedecía por igual a las leyes católicas
como a las normas constitucionales. "La película se basa en un hecho real, del que además fui
testigo y una especie de protagonista de segunda línea, ocurrió
en mi pueblo, Sevilla, en 1965", dijo Duque en diálogo con ANSA. El director relató que el hombre que se suicidó era "muy
conocido en el pueblo, muy católico y querido por la gente",
pero su muerte en esas circunstancias enfrentaron a la población
con el sacerdote. "El párroco de ese momento no le quiso hacer los oficios
religiosos, se opuso a que se hiciera el funeral en la iglesia y
cuando la familia sepultó al suicida en el mausoleo familiar del
cementerio local, el cura envío la policía para que exhumaran el
cuerpo y lo sepultaran el cementerio laico, que por entonces
tenía muy mala reputación, de manera que la familia se rehusó a
que sacaran a su pariente y el pueblo los apoyó", precisó Duque. En represalia a la oposición del pueblo a sus caprichos, el
sacerdote de marras cerró la iglesia y se abstuvo de prestar los
sacramentos a la feligresía, a manera de castigo por contrariar
sus órdenes. "Eso, desde luego, suscitó una serie de conflictos
inesperados, por ser una población católica, porque no hubo
bautizos, varios matrimonios se quedaron pendientes y los
moribundos perdieron el derecho a la extrema unción", agregó el
director, testigo directo de los hechos. "Esto lo que pone en evidencia es el sentido autoritario de
los curas de aquella época en los pueblos colombianos", añadió a
ANSA. Duque sostuvo la historia alcanza unos ribetes de ridiculez,
por las posturas del sacerdote, que se convierte en una suerte
de tragicomedia. "Ya viendo la película todo resulta ser tan cierto que toma
un carácter de ridículo y termina por parecer una comedia",
sostuvo el guionista y productor del filme, que se estrena
mañana en 28 salas de cine del país. Duque, uno de los directores de cine local más respetados,
con una carrera de décadas dirigiendo películas y serie de
televisión, que trabajó junto a Gabriel García Márquez en
realizaciones cinematográficas y que dirigió su escuela de cine
en Cuba, confesó que su intensión con esta cinta es "la
provocación". Incluso confesó que le "encantaría" que se diera una
respuesta de la iglesia Católica a su filme, pero admitió que
"se han vuelto muy astutos, han aprendido a manejar ese tipo de
conflictos de manera más sofisticada". "Esta es una película anticlerical, decididamente atea, donde
el héroe es un joven de 22 años que es un ateo confeso", agregó
que cineasta, que ubicó "deliberadamente" el filme en previos a
la Semana Santa, con el abierto propósito de incitar a la
provocación. Duque, 72 años, criticó el fanatismo religioso de los
colombianos, que -dijo- se denota en sus discursos y maneras de
actuar, y que permiten el surgimiento de personajes tan
desconcertantes como el actual procurador general, Alejandro
Ordóñez, un hombre de convicciones religiosas y
ultraconservadoras, opositor del proceso de paz, que admitió
haber quemado libros distintos a la Biblia y quien se perfila
como posible candidato presidencial. A personajes como Ordóñez y al "fanatismo y la mojigatería"
es que está dirigida la película del director, que regresa al
cine después de ocho años de su último filme, "Los actores del
conflicto".
YK7/MRZ
16/03/2016 21:03
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