Por Francisco Forteza
LA HABANA, 29 (ANSA)- La ex embajada de Estados Unidos en La
Habana, en la avenida del Malecón, que bordea el mar, podría
recuperar su rango perdido muy pronto, tras la decisión de
Washington de retirar a Cuba de una lista de países terroristas. Hoy un portavoz del Departamento de Estado, instancia que se
ha encargado de confeccionar tal lista desde 1982, confirmó la
decisión de "rescindir" esa descripción que hizo de la isla por
décadas. La medida debe, según especialistas, llevar a otra
histórica, que sería la restauración de las relaciones
diplomáticas bilaterales y la apertura de las embajadas
respectivas en La Habana y Washington, tal como ya estaba
anunciado desde el 17 de diciembre pasado cuando ambas naciones
divulgaron su proceso de normalización de vínculos. Cuando los arquitectos estadounidenses Max Abramovitz y
Wallace Harrison construyeron la entonces nueva Embajada de
Estados Unidos en La Habana, inaugurada en 1953, no imaginaron
que la sede terminaría sus funciones apenas una década después.
Ese año, el 26 de julio, Fidel Castro, entonces un joven
abogado residente en la capital cubana, encabezó un ataque
militar en Santiago de Cuba, 900 kilómetros al este, para
iniciar una guerra contra el gobierno de Fulgencio Batista. Castro, su hermano Raúl, hoy presidente cubano, y otros
combatientes terminaron siendo prisioneros de Batista tras el
fracaso militar del ataque al Cuartel Moncada, en el cual
murieron, incluso rematados tras la batalla, otros de sus
compañeros. Fulgencio Batista era un aliado de Washington cuando se
edificó la sede de siete plantas donde enseguida comenzó a
funcionar la embajada tras una ceremonia oficial. El estilo modernista del edificio que algunos comparan al
Lincoln Center y a la sede de Naciones Unidas en Nueva York,
recibió una reparación capital en 1997, cuando ya cumplía desde
1977 funciones como Oficina de Intereses de Estados Unidos, tal
como actualmente.
Se ha confirmado que la edificación volverá a ser embajada
muy pronto, quizá la semana próxima, si se acepta el pronóstico
de una cadena de televisión estadounidense. Desde el mismo 1 de enero de 1959, día del triunfo de la
revolución cubana, la embajada pasó a ser noticia en términos
diarios. Narraciones indican que en la madrugada de ese día,
tras irse Batista del país, el entonces embajador estadounidense
lidiaba con miles de ciudadanos de su país que trataban de
abordar aviones, ferris y yates para regresar a su país temiendo
el inicio de combates en la capital cubana. Una narración publicada en Estados Unidos hace algunos años
estimó que al amanecer del 1 de enero del año 59, en la embajada
se albergaban 7.839 residentes y 1.300 turistas "americanos".
Desde entonces ocurrieron muchas cosas en torno a la sede,
especialmente después que perdió su rango diplomático. Gigantescas manifestaciones pasaron por la avenida del
Malecón de cubanos demandando acciones de Washington, como las
que pidieron el regreso a Cuba del niño naufrago Elián González
en el año 2000, motivo de una grave disputa entre los dos
países. Las rondas de delegaciones de Cuba y Estados Unidos desde
diciembre pasado, cuando se anunció el "deshielo", han tenido
como tema recurrente el análisis de las condiciones que se
acepten bilateralmente para abrir las embajadas. La exclusión hoy de Cuba de la lista de estados terroristas,
una medida que para las autoridades cubanas resuelve una
"injusticia que nunca debió suceder" es un paso crucial en ese
sentido, según han admitido ambas partes.
BY2-ADG/MRZ
29/05/2015 22:40
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