Por Francisco Forteza
LA HABANA, 19 (ANSA) - Cuba y Estados Unidos están preparados
para cambiar, una vez más, su convulsa historia bilateral mañana
lunes, al reabrir las respectivas embajadas con un festejo
oficial cubano en Washington y con discreción norteamericana en
La Habana. A la capital de los EEUU ya llegaron algunos de los miembros
de una delegación de treinta personalidades de la isla que
asistirán a la reapertura de la sede cubana. La lista de invitados para el evento es muy larga e incluye a
un total de 500 invitados, la mayoría norteamericanos, incluso
congresistas, que verán izar la bandera nacional de Cuba en el
mismo edificio que ocupaba la sede cuando fue cerrada hace 54
años. La Habana amaneció hoy por su parte sin que nada parezca
distinto a los últimos días en el edificio donde funcionó la
embajada de EEUU hasta enero de 1961, cuando fue clausurada por
el presidente Dwight Eisenhower. La ruptura en las relaciones bilaterales tuvo lugar en medio
de una crisis que luogo prosiguió por más de medio siglo y de la
cual todavía hay muchos y complejos temas abiertos, en primer
lugar el embargo de Washington contra la isla. El lunes habrá un contraste. Mientras la celebración en
Washington estará encabezada por el canciller cubano, Bruno
Rodríguez, quien luego será recibido por el Secretario de Estado
del presidente Barack Obama, John Kerry, la sede de EEUU de
varios pisos frente al mar y sobre la avenida del Malecón,
permanecerá en silencio.
Tal diferencia es circunstancial, según han dejado en claro
ambos gobiernos, que darán la categoría de embajadas a sus sedes
en el primer minuto de mañana.
En La Habana corre el rumor de que Kerry vendrá en agosto
próximo, más precisamente el día 14, para asistir a la ceremonia
oficial relacionada con la apertura de Estados Unidos.
Tras anunciarse el acuerdo de los presidentes Raúl Castro y
Obama el 17 de diciembre pasado para restablecer las relaciones
diplomáticas, la reapertura de las embajadas requirió cerca de
siete meses de negociaciones.
También en ambas partes del Estrecho de la Florida -franja de
mar de 90 millas (casi 145 kilómetros) que separa a los dos
países- se ha subrayado que comenzará un largo y muy complejo
proceso destinado a impulsar al "deshielo" todo lo lejos que se
pueda.
Cuba, por su parte, demanda para el buen rumbo de tal proceso
la caída del embargo, al que describe como un "bloqueo", y el
cierre de la base naval de Estados Unidos en Guantánamo,
territorio cubano. Un punto muy candente entre ambas naciones, y que los
analistas no indican que se esté enfriando, es el ideológico. Obama insiste en influir sobre la población cubana para que
se aleje del sistema vigente en la isla. Castro ha por su parte
jurado no romper con 55 años de socialismo, que se propone
fortalecer con los cambios que aplica su gobierno desde 2008. Mientras Estados Unidos culpa al surgimiento después de 1959
del comunismo en en la isla como "responsable" del conflicto
actual, Cuba subraya a su vez que ese proceso ha comenzado en
realidad muchas décadas antes para alcanzar su punto máximo el
20 de mayo de 1902, cuando se fundó la "República de Cuba" con
una celebración que tuvo al gobierno norteamericano como
protagonista.
En 1898, en guerra contra España, el ejército estadounidense
entró en la isla por el extremo este y ocupó Santiago de Cuba,
segunda ciudad en importancia del país. Entonces, Washington impidió la entrada allí, y
posteriormente desarmó al ejército independentista cubano,
Mambí, que había desarrollado una larga y cruenta guerra
interna, exitosa, contra el poder español.
Ese 20 de mayo Washington decidió aplicar sobre el flamante
gobierno cubano la llamada "Enmienda Platt", apéndice
constitucional que le permitía intervenir militarmente en la
isla si así lo decidía, abriendo una profunda herida histórica
que aún no se ha cerrado. (ANSA)
BY2-AGR/ACZ
19/07/2015 21:41
|