Por Francisco Forteza
LA HABANA, 22 (ANSA)- En Cuba los viejos automóviles
estadounidenses fabricados en Detroit mantiene sus precios
estables y altos a la espera de que, de alguna manera, el
proceso de "deshielo" entre La Habana y Washington pueda traer
una bonanza. Esos "carros", tal como llaman los cubanos a los autos,
pueden ser un sueño para los nostálgicos o una pesadilla para
los coleccionistas. Un Chevrolet de 1955, Bel Air, está por ejemplo a la venta en
en Internet en La Habana a unos 30 mil dólares.
"Es un carro de detalles, muy hermoso a la vista, aire
acondicionado y que funciona a la perfección", afirma la
promoción como parte de ese "sueño" en cuatro ruedas. "El motor de Toyota que tiene el Chevrolet cierra con lujo la
calidad del auto", se agrega, en una pincelada de pesadilla para
quienes buscan "originales", tal y como salieron de la fábrica
en Detroit, hace nada menos que 60 años. Entre los cambios que ha aplicado el gobierno del presidente
Raúl Castro desde 2008 estuvo la apertura en 2011 de un comercio
nacional de compra y ventas de vehículo privados.
Hasta ese año, y desde la década de los años 60, los
"traspasos" legales entre ciudadanos de "carros" obtenidos
después de 1959 no estuvieron autorizados.
En esa etapa el Estado se encargó de vender de manera
limitada autos de paseo rusos a algunos cubanos a partir de sus
profesiones o tras cumplir misiones en el extranjero.
Los cada vez más viejos "almendrones" -tal como se bautizaron
en esta isla a los vehículos estadounidenses- sí pudieron en
cambio ser comprados y vendidos de manera legal. Durante décadas
el mercado fue de ellos, en "competencia" con carros rusos Lada
y Moscovich, en esa época nuevos.
El año pasado el gobierno autorizó además las ventas a los
cubanos por agencias estatales de vehículos modernos usados no
estadounidenses: pero los precios oscilan entre 43.000 y 200.000
dólares, fuera del alcance de la gran mayoría.
"A lo mejor (quizá) con las nuevas relaciones entre Cuba y
Estados Unidos aquí autorizan a importar en algún momento piezas
para los almendrones. En el caso que ésto ocurra, esos carros
se convertirán en clásicos y podrán venderse a precios muy
altos", comentó a ANSA Orestes Pérez, un mecánico precisamente
de los "carros americanos".
"Ese es otro sueño", estimó a su vez Enrique Fernández, un
ingeniero de La Habana que dijo haber "estudiado" el asunto:
"Primero, no es nada fácil conseguir en EEUU piezas para autos
que tienen 60 y hasta 70 años de fabricados. Segundo, en Cuba es
el Estado el que importa y no va a llenar de carros viejos la
isla", estimó. Por lo pronto, quizá por nostalgia o porque confían en poder
"traer" piezas originales, algunos cubanos no quieren vender sus
"almendrones". "No. Por nada voy a vender mi Studebaker de 1949.
Fue de mi padre y él me lo regaló", comentó por ejemplo Nilda,
de 63 años. Gráciles o renqueando, los Ford, Plymouth, Chevrolet, Edsel,
Oldsmobile y otros "cuatro ruedas yanquis" siguen circulando en
Cuba bajo la mirada cada vez más atenta de las autoridades del
tránsito, que aumentaron su exigencia de calidad y seguridad
para entregar licencias de circulación. De ahí que los "almendrones" estén cambiando ese nombre por
el de "Frankestein".
De una u otra manera, las ofertas no faltan. "Vendo Dodge
petrolero con motor de Mercedes Benz", dice un anuncio en
Internet. "Se vende Buick 1953 en buen estado con motor y caja
de Hyundai", dice otro. "Se vende un Chevrolet-Plymouth 50 con
mecánica de Volga", oferta un tercero.
BY2-ADG/MRZ
22/07/2015 21:21
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