Por Francisco Forteza
LA HABANA, 26 (ANSA)- Empresas estatales en Cuba están
"abriendo espacios", aún modestos, para abastecer a precios más
bajos que en el mercado minorista interno a negocios privados,
que aún carecen de mercados mayoristas. Las más recientes estadísticas oficiales indican que
actualmente medio millón de cubanos se dedican al "trabajo por
cuenta propia" en 201 oficios, la mayoría en el giro
gastronómico.
Según expertos, la incidencia privada en el mercado "normal"
en la búsqueda de insumos para sus negocios presiona, y causa
escasez de productos además estimular ilegalidades. La prensa local indicó esta semana que "la venta al por mayor
a cuentapropistas" forma parte de "las nuevas ofertas de una
cadena estatal de tiendas, Caracol, "para responder a demandas
de la población y garantizar la calidad de los servicios a los
clientes". El director de una sucursal de Caracol en Ciego de Ávila, en
el centro del país, aseguró a la Agencia Nacional de Prensa AIN
que "la medida evita el desabastecimiento de artículos muy
solicitados y favorece a propietarios de paladares y casas de
renta". En La Habana, el dueño de una pizzería que se identificó como
Orlando, dijo a ANSA que espera aún "una expansión" de esa
modalidad. Explicó que para su pequeño negocio es
imprescindible" comprar a más bajo precio y asegurar el
abastecimiento de alimentos e ingredientes que necesita. En junio de 2013 las autoridades anunciaron medidas para
reestructurar el comercio mayorista. De acuerdo con ese
programa, empresas estatales fueron autorizadas a vender a
precios mayoristas a privados herrajes, cerámica, muebles
sanitarios, pintura y piezas de repuesto para vehículos a
precios y calidades "competitivas".
Seis meses después, se anunció la apertura en las afueras de
la capital cubana de El Trigal, que fue descrito como el primer
mercado mayorista de productos agropecuarios del país, como
parte del objetivo de "simplificar los vínculos entre el
productor y el consumidor final y garantizar el progresivo
incremento y diversificación de la producción para abastecer a
los mercados minoristas, puntos de venta y privados vendedores
de alimentos agrícolas. Ese mercado permitió desde entonces "nuevas reglas", que
estuvieron abolidas en Cuba por varias décadas, bajo la visión
de que eran fórmulas capitalistas antagónicas con el sistema
socialista. Cuba, que importa alimentos por facturas que antes de
iniciarse los cambios se acercaban a los 2.000 millones de
dólares al año, priorizó por ello las operaciones de mercados
como El Trigal, con el fin de agilizar el comercio y promover la
producción nacional. El gobierno anunció al iniciar sus cambios económicos desde
2008 que era necesaria la creación de acceso a mercados
mayoristas dedicados a los "trabajadores por cuenta propia",
pero aclaró que la presionada economía nacional no permitía un
programa inmediato en ese sentido.
BY2-ADG/MRZ
26/07/2015 18:46
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