Por Francisco Forteza
LA HABANA 14 (ANSA) - Entre La Habana y Washington las
"escaramuzas" sobre el deshielo ocurren de hecho cada día, en el
medio de una "batalla" por el fin del embargo intensa, polémica
y compleja y sin pronósticos por otra parte de "finales felices"
rápidos, al estilo de Hollywood. El último capítulo de esta secuencia que promete ser
prolongada tuvo lugar esta semana en los dos países,
protagonizada en ambos casos por congresistas estadounidenses
interesados en que el órgano legislativo abra las puertas al
mercado cubano.
La cancillería cubana emitió hoy una nota oficial sobre
encuentros del Ministro interino de Relaciones Exteriores,
Marcelino Medina, con los representantes republicano Erik
Paulsen, de Minnesota, el demócrata Mark Takano de California,
la demócrata por Illinois Cheri Bustos y el republicano Rodney
Davis. "Ambas partes dialogaron en torno al debate en el Congreso de
Estados Unidos sobre la política de ese país hacia Cuba y el
levantamiento del bloqueo", destacó la cancillería. En Washington, nueve gobernadores estadounidenses enviaron
una carta a los líderes del Congreso de mayoría republicana para
pedir el cese de las restricciones de viajes, transacciones
financieras y comercio "codificadas en el bloqueo económico de
más de medio siglo contra Cuba", reportó la prensa local en La
Habana.
La carta fue firmada por los gobernadores Robert Bentley, de
Alabama, C.L. Otter, de Idaho, Steve Bullock, Montana, Edmund G.
Brown, California, Mark Dayton, Minnesota, Thomas Wolf,
Pennsylvania, Peter Shumlin, Vermont, Terence R. McAuliffe
(Virginia) y Jay Inslee, Washington. No obstante el nivel político de los participantes, una buena
parte de los analistas en las complicadas relaciones
cubano-estadounidenses -aún densas y claramente en conflicto-
creen que no puede predecirse el fin del bloqueo, pese a que el
propio gobierno del presidente Barack Obama la considera ya
fracasada y que, afirma, quiere eliminar. No solo los enemigos de la "nueva política" cubana de Obama
"difieren" en cuál será el camino, y las decisiones que deban
tomarse en las dos naciones para que se abra el camino a la
desaparición del embargo. Para los cubanos, el bloqueo está en camino de otra condena
internacional masiva en Naciones Unidas en los próximos días. Con frecuencia los medios oficiales de La Habana sostienen
que Obama, pese a sus "buenas intenciones", no hace todo lo que
podría hacer para desmantelar la medida, cuya extinción depende
de una votación en el Congreso en Washington. Obama ha dictado desde el inicio del deshielo una serie de
excepciones al embargo que las autoridades cubanas estiman como
"insuficientes". Cuba quiere ver otras medidas, por ejemplo el cese de
prohibiciones como en uso del dólar por parte de Cuba en su
comercio internacional y la apertura de una brecha en el mercado
de Estados Unidos para exportaciones cubanas. La Casa Blanca, rodeada de presiones políticas y económicas a
favor y en contra, ha pedido más cambios a las autoridades
cubanas, especialmente en el campo económico relacionados con la
"libertad de comercio" externa e interna. Los cubanos, en medio del objetivo de mantener su estructura
socialista indemne al deshielo, han contestado que no permitirán
intervenciones y reclamos norteamericanos sobre su situación
nacional.
BY2/MRZ
14/10/2015 18:40
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