Por Francisco Forteza
(ANSA)- LA HABANA, 15 DIC - Cada vez pueden verse más
"yanquis" que pasean por las playas de Cuba la, para ellos,
"isla prohibida" del Caribe, y los cubanos, por su parte, se
acostumbran cada vez más a su presencia. "Vienen tantos que a veces no pueden encontrar alojamiento",
aseguró Nilda, quien alquila habitaciones en su casa situada en
un barrio de La Habana. "Una se esfuerza por aceptarlos como
huéspedes porque son amables y curiosos. Y pagan bien", comentó. La cifra de estadounidenses que están visitando La Habana,
playas como Varadero, a unos 130 kilómetros al este de la
capital cubana, y toda Cuba, difiere según la fuente, pero aún
es muy limitada por las restricciones que aplica la ley de
embargo a Cuba del país vecino. Estadísticas no oficiales en Cuba reflejan que alrededor de
100.000 vinieron en 2014. Los pronósticos para 2015 son de unos
150.000, número aún muy alejado del millón que vaticinan
expertos después que desaparezcan ls prohibiciones.
Cuba recibe ahora más de tres millones de turistas al año, de
los cuales 1.2 millones son canadienses. Los efectos del
"deshielo" podrían elevar esa cifra anual global a nueve
millones. Los turistas estadounidenses son los que más viajan a las
islas del Caribe, menos a Cuba, por razones obvias. Los
especialistas, no obstante, han llegado a pronosticar que en
algún momento vendrán esta isla recibirá alrededor de tres
millones de turistas de Estados Unidos al año. Por el momento, los "yanquis", que los cubanos suelen llamar
también de "yumas" con mucha más benevolencia, vienen
frecuentemente pero a cuentagotas.
Mucho antes de surgir el "deshielo" ambos gobiernos aceptaron
un programa de contactos "pueblo a pueblo", aún vigente, que
clasifica a los viajeros estadounidenses como "no turistas"
aunque sí miembros de grupos de interés personal, como el
religioso, el académico o el artístico, entre otros.
Al comenzar el proceso de normalización, el presidente
Barack Obama autorizó a esas personas a gastar algún dinero en
Cuba, cuestión antes totalmente prohibida. La percepción de Arnoldo Pérez, un taxista, es que "vienen
cantidad (gran número, ndr) de Yumas." "Cómo los reconoce?",
preguntó ANSA. "En cuanto entran a mi carro (automóvil NDR) me
preguntan si acepto dólares. Su inglés es el de las películas y
yo termino preguntándoles. Han viajado conmigo parejas de Nueva
York, familias de Nueva Orleans y turistas de Los Ángeles",
aseguró. Durante el compás de espera actual por la caída de las
prohibiciones, los turistas de Estados Unidos por las calles de
La Habana, no gustan de hablar con los periodistas.
"Sorry friend. I dont need any trouble back home", (Lo siento
amigo. No necesito problema alguno cuando regrese a casa) dijo a
ANSA un estadounidense acompañado de su novia pelirroja y
silenciosa. El turista dijo llamarse Nick y no pudo resistirse a
subrayar: "somos felices en este momento". "Es lo que puedo
admitir", indicó siempre sonriente.
BY2-ADG/MRZ
16/12/2015 19:01
|