Por Francisco Forteza
(ANSA)- LA HABANA, 23 FEB - Cuando el presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, visite La Habana, tendrá muy cerca el
monumento al acorazado Maine, la finca del escritor Ernest
Hemingway e incluso el bar Sloopy Joe, sitios vinculados a la
turbulenta historia de Cuba con su país. Aunque no se publicó aún la agenda que cumplirá en su
histórica estancia en Cuba el 21 y 22 de marzo próximos, la
primera de un presidente de Estados Unidos en casi 90 años, es
probable que Obama busque el tiempo para ver de cerca "símbolos
americanos" en la capital cubana, que no son pocos. El monumento al Maine es uno de ellos. El acorazado
estadounidense entró a la Bahía de La Habana sin aviso
diplomático previo el 25 de enero de 1898 en un momento de
fuertes tensiones entre Washington y España, que gobernaba
entonces la isla.
Tres semanas después, la nave fue destruida por una explosión
cuando aún estaba fondeado, con un saldo de 266 marinos
estadounidenses muertos. El hecho agravó el conflicto y según
historiadores llevó a la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana
que terminó con el dominio español y abrió las puertas a la
fundación de la República Cubana en 1902, bajo "tutela" de
Washington. El monumento se levanta frente a la avenida del Malecón que
corre bordeando la costa habanera. Fue construido en 1926,
coronaba su cúpula un águila americana y tenía los bustos de los
políticos estadounidenses, William McKinley, quien declaró la
guerra a España; Leonard Wood, primer interventor en la Isla
tras la guerra y Theodore Roosevelt, presidente entonces. Tras agravarse el conflicto entre Estados Unidos y Cuba en
enero de 1961, fueron retirados el águila y los bustos, pero el
monumento que contiene piezas del Maine aún está en su lugar.
Su placa dice: "a las víctimas de El Maine, que fueron
sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de
apoderarse de la isla de Cuba".
Si el Maine es un símbolo aún de las profundas diferencias
entre ambas naciones, la finca Vigía, donde residió Ernest
Hemingway por más de dos décadas es todo lo contrario. Al
escritor de "Adios a las armas" se le considera como un símbolo
de las buenas relaciones entre los dos países y es quizá el
estadounidense más homenajeado y querido en Cuba.
La Vigía, a 12 kilómetros del centro de la capital cubana, es
hoy un museo. El bar Sloopy Joe, a su vez, es un raro símbolo de lo
atractiva que siempre resultó para "los yanquis" Cuba, incluso
ahora, tras los más de 50 años de "separación". En las décadas
de los años 40 y 50, antes de que las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos se rompieran el 90% de la clientela del bar era
estadounidense, entre ellos rutilantes artistas como Errol Flynn
y Ava Gardner. En realidad hay muchos lugares en Cuba relacionados con
Estados Unidos, el principal la base naval de Estados Unidos en
Guantánamo, a unos 900 kilómetros de La Habana, que es aún
motivo de litigio incluso en el contexto del "deshielo". Cuba
demanda su devolución y el gobierno de Obama ha subrayado que no
tiene ese asunto en su agenda. Por tanto el presidente
seguramente no la visitará en marzo. Pero el histórico huésped si podrá ver con facilidad muestras
"rodantes" de la historia común en las calles y avenidas
cubanas.
Viejos autos Ford, Oldsmobile, Buick, Chevrolet y hasta
Studebaker, entre otros, aún "se mueven" por la isla tras ser
reparados y modificados una y otra vez por mecánicos cubanos.
BY2-ADG/MRZ
23/02/2016 20:41
|