Por Marcos Romero
CIUDAD DE MEXICO, 20 (ANSA)- La caída del satélite
Centenario al fallar un cohete ruso que lo colocaría en órbita
el pasado fin de semana representa un fuerte golpe a los planes
de seguridad del gobierno mexicano, que planeaba usarlo para una
red destinada a mejorar su estrategia contra el crimen. El aparato operaría en la Banda L, usada por los ministerios
de la Defensa Nacional y de Marina, la Procuraduría General de
la República, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional y
la Policía Federal para poder mantener enlaces con movilidad y
seguridad en la zonas críticas. Anteriormente, la red segura era cobijada por el satélite
Solidaridad 2, que cesó operaciones el 20 de noviembre de 2013,
por lo que desde entonces el gobierno no cuenta con un respaldo
suficiente para llevar adelante sus operaciones contra las
bandas criminales. Una estrategia de gran envergadura contra el crimen fue
lanzada por el entonces presidente Felipe Calderón en diciembre
de 2006 con apoyo de las Fuerzas Armadas, lo que ha arrojado
hasta ahora al menos 125.000 muertos, unos 270.000 desplazados y
unos 22.000 desaparecidos, de acuerdo con fuentes oficiales e
independientes. Este plan en buena medida se ha apoyado en sofisticadas
comunicaciones satelitales en las cuales participa inclusive el
propio gobierno estadounidense, que aportó entre 2011 a 2014
unos 23 millones de dólares para la compra de equipos y
accesorios para el Centro de Control Satelital. El ministerio de Comunicaciones y Transportes señaló que las
tareas del Centenario serán ahora realizadas por el satélite
Morelos 3, que será puesto en órbita en octubre, pero ahora
desde Cabo Cañaveral, Florida y con una compañía estadounidense. La caída del cohete ruso Protón-M que debía colocar en órbita
al satélite Centenario, fabricado por el gigante estadounidense
de la aviación Boeing, representó un nuevo fiasco para la
compañía rusa International Saunch Services (ILS), que registró
5 fallas sucesivas desde 2013, después de 400 lanzamientos
exitosos ininterrumpidos. Expertos en telecomunicaciones formularon duras críticas
contra el gobierno por este fracaso aunque las autoridades
aeronáuticas se apresuraron a señalar que el satélite, que costó
300 millones de dólares, más 90 millones del precio de
lanzamiento, estaba totalmente asegurado. Pero los especialistas dijeron que "tiempo es dinero" y que
el retraso en la colocación en órbita del satélite impactará al
desarrollo del sector de las telecomunicaciones, además de que
reprocharon al gobierno por no haber tenido en cuenta los
antecedentes de la compañía rusa. El satélite se vino abajo minutos después del lanzamiento a
las 0:49 horas tiempo de México (6:49 GMT) del domingo último,
desde el cosmódromo de Baikonur, Kazajistán, cuando el cohete
Protón M se incendió en medio de un vuelo suborbital y cayó en
el extremo oriente de Siberia. Además de usarse en tareas de seguridad nacional, el satélite
estaba destinado a brindar servicios de banda ancha a las zonas
más apartadas del país.
El fabricante Boeing tardará entre 36 y 38 meses en reponer
el artefacto, que contará con las mismas especificaciones. El gobierno estadounidense también se verá afectado por este
incidente por cuanto ha dado prioridad a la instauración de una
red de comunicaciones seguras en sus fronteras. Otro aspecto que se verá afectado tras la caída del satélite
es el de los planes de atención a catástrofes por cuanto el
Centenario estaba diseñado para mantener la comunicación en
poblaciones, transporte terrestre, buques y aeronaves, "aún en
condiciones de clima adverso y desastres naturales", según
declaró el ministro de Comunicaciones en abril pasado Gerardo
Ruiz.
MRM/MRZ
20/05/2015 20:03
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