Por Marcos Romero
CIUDAD DE MEXICO, 6 (ANSA)- Las fantasías sexuales de los mexicanos transitan por senderos poco sofisticados: el 90% se imagina teniendo relaciones íntimas al aire libre y el 98% en lugares hasta cierto punto convencionales como la cocina.
Nada de hacerlo en la Estación Espacial Internacional o en la Montaña Rusa, según una encuesta de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, publicada por la revista para mujeres Moi.
Para desilusión de los encargados del sondeo, el 92% de los encuestados contestó que tiene fantasías directamente asociadas con practicar sexo oral de manera activa.
Dos tercios de los interrogados (68%) dijo que se le ha pasado por la mente la idea de participar en una orgía, mientras que para el tercio restante esa no es una opción que haya barajado alguna vez aunque sea en el pensamiento.
Otro estudio paralelo llamado "Sexualidad e inteligencia erótica de los mexicanos", difundido por la misma publicación descubrió que gran parte de la población vive "sin una plenitud sexual".
El romance, las caricias y el jugueteo previo son una cuestión que nunca practica el 76% de los consultados.
Otro de los resultados de una de las encuestas es que a los mexicanos les gusta utilizar potenciadores sexuales (químicos que aumentan el apetito sexual y mejoran la erección) y rechazan que sean "cosa de viejos", pues comienzan a usarse desde los 31 años.
Las razones más comunes esgrimidas para utilizarlos son "desconfianza en su desempeño sexual, curiosidad y/o diversión".
Las personas que utilizan estos productos inician su actividad sexual a más temprana edad y en su mayoría tienen una pareja estable.
En 2002, se publicó otro estudio que arrojó entre otras cosas que el mexicano no es capaz de cumplir las fantasías de muchas mujeres de caricias, cena o música como antesala de los jugueteos en la alcoba.
Según los expertos, la inteligencia sexual es baja, pero existe el deseo de incrementarla.
El estudio "Sexualidad e inteligencia erótica de los mexicanos, el primero efectuado en este país, fue realizado por 35 empresas encuestadoras convocadas por Gabriela de la Riva, presidenta de la Asociación Mexicana de Agencias de Mercado e Investigación (AMAI).
Unas 7.000 personas participaron durante seis meses en este sondeo en algunas de las ciudades más importantes del país, es decir, la capital, Guadalajara, Veracruz, Puebla y Mérida.
"La vida sexual del mexicano no es lo satisfactoria que puede ser, y eso afecta su calidad de vida", concluyó Roberto Valdez, comunicólogo de la Universidad Iberoamericana.
Según las conclusiones, la mayoría de los entrevistados (de entre 18 y 70 años) asocian el acto sexual a sus órganos genitales y dejan en segundo plano el aspecto del erotismo.
"Todo mi poder está en el pene", señaló uno de los entrevistados, mientras una mujer declaro algo inquietante: "lo controlo a través del pene".
El erotismo, de acuerdo con la investigación, es relacionado por los mexicanos con el uso de cierta ropa, maquillaje, coqueteos, besos o caricias, así como un ambiente físico, aromas, alimentos o música.
Entre las mujeres, apenas 24% confesó haber tenido "un momento especial" y 29% haber utilizado algún juguete erótico, pero el 61% dijo que ni una cosa ni otra.
A la pregunta de qué zona del cuerpo es más erótica, los hombres prefirieron los senos (57%) y el trasero (51%) y las mujeres a la inversa: el "derriere" en primer lugar (35%) y los pectorales en segundo (34%).
"El problema de los mexicanos es que se saltan las fases del erotismo. Del coqueteo pasan al contacto de los genitales y dan poco espacio a las caricias o a los besos. Por eso es difícil alcanzar placer, sobre todo a las mujeres, que a partir de esto se quejan de vivir violencia en sus relaciones", afirmó Valdez.
En suma, siete de cada 10 mexicanos dijeron no tener "satisfacción sexual plena", y un 21% afirmaron sentir "nada o poco".
MRZ
06/09/2015 19:45
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