Por Marcos Romero
CIUDAD DE MEXICO, 25 (ANSA) - Abuelos y tíos conocieron por
televisión a Sophie Cruz, la niña mexico-estadounidense de 5
años que saludó al Papa y expresaron su orgullo y felicidad por
la valentía con que se acercó a Francisco y le entregó una carta
abogando por los migrantes mexicanos. Increíblemente, la pequeña indígena de la etnia chinanteca
que se ganó el corazón del Sumo Pontífice y cuyo rostro ingenuo
y dulce apareció en los noticieros de todo el planeta cuando
burló la férrea vigilancia del Servicio Secreto durante un
recorrido por las calles de Washington del Papamóvil, no era
conocida por la mayor parte de su familia. La abuela de la niña, Francisca Hernández, de 61 años, la
calificó como una "niña valiente", y dijo sentirse "feliz por mi
nieta Sofía", que según precisó llevaba vestido un huipil típico
de los chinantecas de la comunidad de Ojitlán. "Mi nieta saludó al Papa y qué orgullo. Habló muy bien, muy
firme", dijo a su vez su abuelo Gabino Jorge Complido, de oficio
albañil, de 68, calzado con sandalias, y ropa sencilla, sentado
sobre un tubo de concreto junto a un árbol en el patio de su
modesta vivienda en la comunidad El Rodeo, de Tuxtepec. Ninguno de los dos ha podido conocerla en persona, aunque
admiten que han hablado con ella por teléfono en numerosas
ocasiones y dicen que "le gusta platicar mucho". Padres de 11 hijos, de los cuales dos -Zoila y uno de sus
hermanos-, emigraron a Estados Unidos en 2005 en busca de una
mejor vida, y allá nacieron sus nietas Sophie y Sara, de 2 años,
ambas ciudadanas estadounidenses, aunque sus padres son
indocumentados y están en riesgo de ser expulsados del país. "Es un gran orgullo, representa a miles de migrantes
indígenas mexicanos, sobre todo oaxaqueños, que son
discriminados", dijo Fidelia Hernández, hermana de Zoila y tía
de la niña, a la cadena Televisa. La pequeña despertó tal empatía que fue invitada por la
diputada republicana Julia Brownley a la sesión solemne del
Congreso estadounidense donde ayer el papa pronunció un
histórico mensaje en el que abogó por los inmigrantes. Ayer mismo, se reunió junto con su padre Raúl, obrero de una
fábrica, quien no pudo llevar consigo a su esposa Zoila, con el
embajador mexicano Miguel Basáñez en Washington. La niña logró entregarle al Sumo Pontífice una carta en la
que le pidió interceder para que el Congreso estadounidense
apruebe una reforma migratoria que beneficiaría a millones de
indocumentados e incluyó un dibujo donde aparece tomando la mano
al pontífice. "Papa, rescata a mi papá", decía una playera que entregó
Sophie a Jorge Bergoglio, quien se dio cuenta que la niña quería
verlo cuando intentó cruzar la calle por segunda ocasión a la
altura del National Mall y le dijo a sus guardias "déjenla venir
a mi". En declaraciones a la emisora local Radio Fórmula tras su
encuentro con el embajador Basáñez, la niña narró su encuentro
con el Papa y dijo que no hubo un cruce de palabras, pero sí
sintió una gran emoción cuando la estrechó en sus brazos y la
besó. Contó también que el Papa "huele a paz", a "agua bendita" y
tiene el aroma "de las Iglesias" y señaló que no pudo decirle
nada a Francisco porque "todo pasó demasiado rápido", aunque
señaló que siempre estuvo segura de poder acercarse a él. Como en otros países, la televisión mexicana no cesaban de
repetir la escena en la que besó al Papa y donde recitó de
memoria, sin ningún titubeo, en inglés y en español, el
contenido de la carta entregada al jefe de la Iglesia católica. "Quiero contarte que mi corazón esta triste por el odio y la
discriminación hacia los inmigrantes de este país. Te pido que
hables con el presidente Barack Obama y con los congresistas
para que aprueben la reforma migratoria para los inmigrantes",
decía el texto escrito a mano. La abuela de la niña dijo que ésta "tiene miedo porque piensa
que a su padre podrían deportarlo y teme quedarse sola en
Estados Unidos".
MRM/MRZ
25/09/2015 20:09
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