Por Marcos Romero
CIUDAD DE MEXICO, 25 (ANSA)- Otro día de furia se prevé para
mañana en México, al cumplirse el primer aniversario de la
desaparición de 43 estudiantes en la sureña ciudad de Iguala,
que se recordará este sábado con marchas y protestas en todo el
país y también en el extranjero. Los primeros 12 meses de este episodio que representó un
fuerte golpe a la imagen y credibilidad del gobierno del
presidente Enrique Peña Nieto transcurrieron sin que haya
variado la exigencia de los padres de los jóvenes para que el
gobierno siga buscando a sus hijos. Ayer, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió por segunda
vez con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos hace casi
un año, a quienes ofreció crear una fiscalía especializada que
investigue lo ocurrido con sus hijos. No obstante, algunos medios le reprocharon que viajara hoy a
Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones
Unidas, ausentándose del país al cumplirse este primer
aniversario. Tras el encuentro de la víspera, que duró cerca de 3 horas,
el vocero del mandatario, Eduardo Sánchez, afirmó que Peña dijo
a los padres y familiares de los jóvenes desaparecidos el 26 de
septiembre de 2014 que el gobierno "está de su lado" y que las
dependencias vinculadas al caso "tienen instrucciones de
escucharlos y apoyarlos en todo momento". "Trabajamos con el mismo objetivo: saber qué sucedió con sus
hijos y castigar a cada uno de los responsables. Busquemos
juntos la verdad", afirmó el jefe de Estado, de acuerdo con el
portavoz. Sánchez dijo que la investigación sobre lo ocurrido en la
sureña ciudad de Iguala, estado de Guerrero, "no se ha cerrado y
no habrá carpetazo" (no se archivará, ndr) en el asunto. En el documento que entregaron a Peña al iniciar la reunión,
le lanzaron duras recriminaciones, le dijeron que no confían "en
sus instituciones y en su gobierno, que dolosamente buscaron
engañarnos". También le reprocharon que en su primer encuentro, a un mes
de la desaparición de los estudiantes, haya asumido compromisos
que no cumplió "cabalmente" y le recriminaron que "su palabra no
fue honrada". Los padres mantienen un ayuno de 43 horas iniciado la tarde
del miércoles, que concluía hoy y que busca sensibilizar a la
opinión pública sobre el tema. A Peña, los padres le pidieron crear una "oficina
especializada" que replantee la investigación y sea supervisada
internacionalmente para investigar "dónde están" los jóvenes
porque no creen en la versión de la Procuraduría General. De acuerdo con las pesquisas oficiales, basadas en un
centenar de testimonios de detenidos, los estudiantes fueron
entregados por policías municipales a la banda criminal
Guerreros Unidos que los asesinó y quemó sus cuerpos en un
basural en Cocula, ciudad vecina a Iguala, pero los padres creen
que se trata de "un montaje". Un reciente informe de expertos independientes de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concuerda con algunas
tesis del gobierno, como la de que los estudiantes fueron
entregados a una organización criminal, pero difieren en cuanto
a si fueron asesinados y sus cuerpos quemados en un vertedero y
en relación a las posibles causas de su desaparición. Los especialistas creen que podrían haber sido objeto de
represalias porque en uno de los buses donde iban llevaba droga,
dinero o armas. Según el gobierno, las víctimas fueron confundidos con
miembros de la banda Los Rojos, enemiga de Guerreros Unidos, y
por eso fueron asesinados.
Los padres y compañeros de los jóvenes dicen que estos habían
ido a Iguala secuestrar buses para viajar el 2 de octubre pasado
a la conmemoración de una matanza de estudiantes ocurrida en
1968 en la capital mexicana. Otras versiones aseguran que llegaron a boicotear una
ceremonia encabezada por la esposa del alcalde de Iguala Angeles
Pineda, que planeaba postularse para relevar a su marido José
Luis Abarca, ambos en prisión. Se prevé mañana numerosas protestas callejeras en diversas
ciudades del país y del extranjero.
MRM-ADG/MRZ
25/09/2015 21:20
|