Por Marcos Romero CIUDAD DE MEXICO, 25 (ANSA) - La combinación de una bien afianzada "cultura de la prevención", suerte, el comportamiento errático de los ciclones tropicales y las barreras naturales, explica que el más poderoso huracán de que se tenga memoria pasó por México sin causar mayores daños.
    Los expertos intentaron explicar las causas de que Patricia, con vientos de hasta 400 kilómetros por hora, nunca registrados por un fenómeno similar, haya sólo derribado algunas pocas viviendas, arrancado árboles y postes de energía y dañado cosechas pero sin provocar ninguna muerte.
    El gobierno adoptó medidas enérgicas desde muy temprano del viernes, horas antes de la llegada del temido monstruo, desalojando a unas 50.000 personas en la franja del Pacífico occidental, cerrando puertos y aeropuertos y prohibiendo el tránsito de personas desde las 13 locales (18 GMT).
    Uno de los factores clave, a ojos de los especialistas, es que el huracán se enfilaba hacia Puerto Vallarta, el legendario centro veraniego donde se enamoraron Marlon Brando y Elizabeth Taylor en los años 60, pero en el último instante se desvió hacia una aldea pesquera poco poblada llamada Manzanilla, a unos 20 kilómetros de distancia.
    Pero también tendría que ver largos años de experiencia en afrontar desastres naturales, lo que ha generado una verdadera "cultura de la prevención" y ha obligado a los gobiernos a contar con comités de protección civil y a diseñar planes de emergencia ante sismos y huracanes.
    La baja población en zonas costeras de los estados occidentales de Jalisco y Colima y la evacuación a tiempo de zonas turísticas, como Vallarta y Manzanillo, fueron factores importantes.
    Expertos en meteorología y ciencias de la atmósfera señalaron que también ayudó la "barrera natural" de la Sierra Madre Occidental, una cadena montañosa que sirvió de dique para neutralizar la furia del gigante meteorológico.
    Especialistas de la Agencia Espacial estadounidense (NASA) se mostraron sorprendidos de que el paso Patricia no haya sido catastrófico, pero los expertos coincidieron en que fueron oportunas y adecuadas las alertas a la población y la evacuación de decenas miles de personas hacia los refugios.
    "Fue de mucha suerte lo que pasó, pues la manera como tocó tierra no causó desastre, pero si lo hubiera hecho en una zona más poblada o si se hubiera estacionado, tal vez los daños habrían sido devastadores", estimó David Adams, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
    Adams consideró que "la gente no debe pensar que se exageró en la prevención", argumentó.
    El papel de las montañas fue central por cuanto "funcionaron como barrera natural que lo debilitó más de lo esperado, y como no se estacionó, sino que pasó rápido, los daños no fueron severos", señaló.
    Miguel Gallegos, jefe del Centro Meteorológico Regional del Valle de México del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), explicó que "la sierra fue un elemento importante para que el ciclón se deshiciera y perdiera fuerza, pues el viento estaba en los niveles más bajos y fue una pared natural".
    La situación hubiera sido otra si el ciclón hubiera golpeado un valle o una planicie como el balneario sureño de Cancún o la norteña ciudad de Culiacán, donde no hay montañas que sirvan de barreras naturales.
    Eso explica que huracanes de categoría cuatro como Gilberto, en 1988, y Wilma en 2005, causaran daños devastadores en la Península de Yucatán.
    Otro elemento más ayudó a evitar una tragedia, según Leodegario Sansón, presidente de la Organización Mexicana de Meteorólogos: la interacción de Patricia con una "vaguada", una línea de presión baja que se extendía de norte a oeste que se llevó parte de las nubes y "aceleró el movimiento del ciclón hacia el noreste", desviándolo hacia la Sierra Madre.
    Esa circunstancia permitió que el huracán se desacelerara abruptamente de 325 kilómetros por hora a sólo 160 en apenas seis horas entre la tarde y noche del viernes. Además, Patricia tenía un área "muy concentrada" de vientos máximos con un radio de 50 kilómetros por hora frente a los 300 de Gilberto. MRM-AGR/ACZ
25/10/2015 22:47