(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 15 ENE - El jefe criminal Joaquín
"El Chapo" Guzmán, detenido hace una semana luego de seis meses
de su espectacular fuga de la prisión más segura de América
Latina, se siente "triste y derrotado" y no quiere ser llevado a
Estados Unidos. Así lo muestran los exámenes practicados al hasta hace poco
más poderoso capo de las drogas del país, de 57 años, en la
cárcel del Altiplano, cerca de la capital, de donde se evadió el
11 de julio pasado. Según el columnista local Carlos Loret, del diario "El
Universal", antes de la medianoche del lunes concluyó la primer
batería de análisis sicológicos y criminológicos a los que fue
sometido después de su captura en la norteña ciudad de Los
Mochis, estado de Sinaloa. Fuentes de la Comisión Nacional de Seguridad, citadas por el
periodista, los especialistas que evaluaron al temerario "rey de
las drogas" lo observaron preocupado ante la eventualidad de ser
extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta numerosos cargos,
sobre todo en tribunales de Texas y California. "No me quiero ir", dijo a los sicólogos y señaló que va a
echar de menos a su familia, sobre todo a sus hijos, que ha
tenido con sus tres matrimonios, el último de los cuales con una
reina de belleza con la que procreó dos gemelas que ahora tienen
4 años. Tras los exámenes con el Chapo, que duraron largas horas,
surgió un perfil del criminal que muestra su debilidad por la
televisión, la comida china, los caramelos, las mujeres y sus
dos hijas más pequeñas. Según las fuentes, parece ser que la menor de sus
preocupaciones es en manos de quién quedará el imperio criminal
que erigió y que tiene ramificaciones en medio mundo. Desde hace tiempo, ha venido entrenando a su hijo Iván
Archivaldo Guzmán para sucederlo, aunque su compadre Ismael "El
Mayo" Zambada, actualmente está a cargo como una especie de
figura de transición. Abogados de Guzmán se han quejado de que su cliente se
encuentra aislado y que no los dejan visitarlo. El problema es que, bajo las nuevas medidas de seguridad,
mucho más estrictas que aquellas vigentes cuando se fugó, el
famoso capo, describo por el actor Sean Penn, que lo entrevistó
para la revista Rolling Stone, como una especie de "Robin Hood",
ya no tiene tanta libertad de movimiento que antes. Según fuentes oficiales, previo a su segunda fuga, pasaba dos
terceras partes de su tiempo fuera de su celda con personas
acreditadas como sus defensores. Asimismo, a diferencia de antes, en que nunca fue cambiado de
su celda, de la que finalmente salió por el piso de la ducha,
ahora ha sido cambiado varias veces de calabozo. De acuerdo con el mismo columnista, aunque presumió con Sean
Penn de tener una salud envidiable el "Chapo" se queja de
algunos dolores en el cuerpo, aparentemente causados por su
larga caminata a través del drenaje tras huir por un túnel de
una lujosa casa de seguridad donde iba a ser atrapado el viernes
último en un exclusivo barrio de Los Mochis. Los médicos le han prescrito algunos medicamentos para
desinflamar y atenuar sus dolencias.
Mientras tanto, la "telenovela" sobre su escape y recaptura
siguen alimentando el morbo de los medios, ávidos siempre de
nuevas revelaciones.
MRM-ADG/MRZ
15/01/2016 21:51
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