Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 25 ENE - Arqueólogos mexicanos
hallaron una rica ofrenda de piezas de oro y otros materiales
valiosos asociadas a la diosa Coyolxauhqui al pie del Templo
Mayor de Tenochtitlan, el principal santuario de los aztecas en
el corazón del centro histórico de la capital mexicana. El descubrimiento de estas invaluables piezas, que totalizan
336 y que sirvieron para consagrar la edificación de la sexta
etapa del recinto sagrado durante el reinado del emperador
Ahuizotl (1486-1502), que expandió su imperio hasta lo que hoy
es Guatemala, fue calificado como "un milagro" por el
especialista Nicolás Fuentes. Esta expresión se deriva de la circunstancia de que la
ofrenda sobrevivió a inundaciones de siglos pero también a las
obras de drenaje y a perforaciones realizadas con diversos
motivos en la zona. Una red de tubería de agua y otra de teléfono le pasaron por
arriba y por debajo, pero no llegaron a tocarla, según dijo
Fuentes.
"No es una ofrenda excesivamente grande, pero tiene piezas
que nunca habíamos visto", afirmó por su parte el arqueólogo
Leonardo López, titular del Proyecto Templo Mayor. Como pasa con todas las cosas valiosas, las piezas fueron
halladas por accidente, cuando una cuadrilla de trabajadores
construía un puente peatonal que uniría las calles de Argentina
y Guatemala, en el centro histórico. "Iban a retirar un segmento de tubería de agua potable,
empezaron a dar picotazos y algo brilló en el piso. Por un
momento pensé que era una envoltura de goma de mascar, mE
acerqué a verlo con más detenimiento y era una orejera de oro",
dijo Fuentes. "A parar todo, a sacar a los trabajadores, a notificar el
hallazgo. Es emocionante", narró el arqueólogo. Después de dos meses de excavación, se lograron recuperar los
objetos que se estima fueron colocados por un sacerdote en el
eje que conduce hacia la capilla de Huiztilopochtli, la
principal deidad de los mexicas, como se autodenominaban a
quienes la mayoría conoce como aztecas. La zona donde fue colocada la ofrenda fue delimitada con un
círculo de rocas dentor de la cual fue colocada una cama de
arena muy fina y ahí fueron ordenados cuchillos, cascabeles,
figuras de oro, un esqueleto de serpiente y otros objetos.
Encima fue colocada una argamasa de cal y arena para sellarla
y sobre ella se construyó el piso de la plataforma del templo. "Los objetos quedaron atrapados en esa mezcla", dijo López,
lo que les permitió conservarse prácticamente intactos, como en
una cápsula de tiempo. Con esta ofrenda se recordó el nacimiento del Sol,
representado por Huiztilopochtli y la muerte de su hermana la
luna, Coyolxhauhqui.
Según las crónicas prehispánicas, la diosa fue descuartizada
por su hermano con una serpiente de fuego después de que dio
muerte a la madre de ambos, Coatlicue, la Madre Tierra, en una
conspiración donde participaron otros 400 hermanos que se
convirtieron en estrellas. Coyolxauhqui arremetió contra su madre luego de que quedó
embarazada con un ovillo de plumas. De todos los objetos sobresalen 20 piezas de oro martillado y
repujado de diseño único, que sobresalen por la fineza del
trabajo y el material utilizado, de acuerdo con el especialista,
quien dijo que "el oro no es común" en este tipo de
excavaciones. De hecho, señala que las culturas prehispánicas valoraban más
otros materiales como el jade y las plumas que el oro. Hay en la ofrenda además piedras "metamórficas verdes"
cuchillos de pedernal, cinco de ellos con figuras que
representan rostros de deidades, caracoles y esqueletos de
animales.
MRM/ACZ
25/01/2016 18:40
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