Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 7 FEB - El Papa Francisco
canonizará a José Luis Sánchez del Río, un adolescente
martirizado por la fe en 1928, durante la sangrienta guerra
religiosa librada en México en esa época que arrojó unos 250.000
muertos, según cálculos de estudiosos. El Sumo Pontífice visitará México este viernes y se estima
que el acto ocurrirá al día siguiente durante la misa en la
Basílica de Guadalupe, el máximo santuario del país, en lo que
los expertos consideran un gesto destinado a los sectores más
conservadores de la Iglesia local. Sánchez del Río, muerto a los 15 años en medio del fragor de
la llamada "Guerra Cristera" (1926-1929), fue torturado por
fuerzas gubernamentales antes de ser asesinado el 10 de febrero
de 1928 en la localidad de Sahuayo, estado sureño de Michoacán. Nacido el 28 de marzo de 1913, Sánchez fue secuestrado en una
parroquia de su ciudad natal, según las crónicas de la época. El joven fue propuesto para ser canonizado luego de que
ocurrió un milagro en Sahuayo cuando una niña de 4 meses
sobrevivió tras ser desconectada de un respirador artificial
después de nacer con el 90% de muerte cerebral. El vicepostulador de la causa, Antonio Berumen, señaló que la
niña tiene actualmente 5 años y no ha sufrido secuelas.
La historia sobre este caso fue relatada en el filme
"Cristiada", dirigido por el realizador Dean Wright (2012), y
protagonizado por Andy García y Eva Longoria. Francisco declarará al beato José Sánchez del Río "laico y
mártir", luego de autorizar a la congregación para las Causas de
los Santos su canonización.
El 21 de enero pasado, el Papa recibió a Angelo Amato, el
titular de este dicasterio, quien le pidió la autorización para
promulgar el "milagro por intercesión" de este adolescente
muerto por defender su fe en tiempos en que los católicos eran
objeto de feroz persecución por el gobierno antirreligioso del
entonces presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928). El que será nuevo santo mexicano fue beatificado en
Guadalajara, estado occidental de Jalisco, el 20 de noviembre de
2005 por el cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos, por disposición del
papa Benedicto XVI, junto otros 12 mártires cristeros. La guerra cristera estalló a raíz de la promulgación de la
nueva Constitución de 1917, tras la Revolución Mexicana de 1910,
que inició luego de la salida al exilio del dictador Porfirio
Díaz. En la nueva Carta Magna, se eliminó la personería jurídica
de la Iglesia católica y se le prohibió a ésta fundar o dirigir
escuelas, establecer órdenes religiosas, efectuar actos de culto
fuera de los tempos y poseer inmuebles. Además, Elías Calles decretó en 1928 un código penal que
castigaba a los curas que oficiaran fuera de las parroquias, les
prohibía el uso de vestimentas sacerdotales en las calles y
celebrar cultos fuera de los templos o enseñar el catecismo. Pero lo que encendió la mecha del descontento fue cuando
Calles promovió la creación de una Iglesia cismática. Al grito de "¡Viva Cristo Rey!" surgieron en la zona sur y
occidente de México, en especial en los estados de Michoacán,
Jalisco y Guanajuato, milicias católicas, sobre todo integrada
por campesinos, combatidas por el Ejército durante tres años. José Luis Sánchez del Río, un católico devoto, se levantó en
armas y se quiso unir al Ejército Cristero luego que el gobierno
decretó el 31 de julio de 1926 el cierre de templos, pero no fue
aceptado para combatir por su corta edad, sino sólo como
asistente del general cristerio Prudencio Mendoza. Según crónicas católicas, Sánchez del Río dirigía el rosario
y animaba a las tropas en los campamentos todas las noches. Se sabe que el 6 de febrero de 1928 participó en un combate,
cerca de Cotija, estado sureño de Michoacán y cuando el general
Mendoza cayó muerto tras ser alcanzado su caballo por un
proyectil el joven Sánchez del Río tomó un fusil y se puso a
combatir, pero se tuvo que rendir al agotarse sus municiones. El jefe de la tropa que lo capturó le propuso sumarse al
Ejército pero éste rechazó su propuesta y dijo que "primero
muerto" que unirse "a los enemigos de Cristo Rey". El 10 de febrero de 1928, fue trasladado a su ciudad natal,
donde sus captores le desollaron los pies, lo empujaron a golpes
hasta el cementerio y al borde de una tumba sus verdugos lo
apuñalaron, y en medio del tormento gritó "nos veremos en el
cielo", según el sitio web Infovaticana.
MRM-MAC/MRZ
07/02/2016 19:59
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