(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 8 FEB - A sólo cinco días de la
visita del papa Francisco irrumpió una polémica sobre supuestas
irregularidades en la boda religiosa del presidente Enrique Peña
y su esposa Angélica Rivera, que involucra al poderoso arzobispo
primado Norberto Rivera Carrera. Según el portal Aristegui Noticias y el semanario Proceso,
para poder casarse hace cinco años, Peña y la ex actriz de
populares telenovelas protagonizaron una "grave trama
eclesiástica-política" con apoyo del cardenal. La investigación señaló que hasta el escritorio del propio
Pontífice llegó una denuncia sobre una presunta "infamia" contra
el padre José Luis Salinas. Salinas fue castigado por la Arquidiócesis de México de
manera "injusta" por oficiar "irregularmente" la boda religiosa
de la actriz con su primer esposo, el productor televisivo
Alberto Castro, según el texto publicado. El informe duda de que en la boda en la Iglesia de Peña y
Rivera, conocida como "La Gaviota", se haya apegado
estrictamente al derecho canónico. "Detrás de la historia rosa y pública del enlace religioso"
realizado en 2009, cuando Peña todavía era gobernador del Estado
de México, vecino a la capital, hubo "una compleja maquinación
eclesiástica y política", señaló el informe. El cardenal Rivera es acusado de castigar al sacerdote
Salinas, enjuiciado por el Tribunal Eclesiástico de la
Arquidiócesis de México, por haber "simulado" un enlace
matrimonial entre Rivera y Castro en una playa del centro
veraniego de Acapulco. La Rota Romana, máximo tribunal eclesiástico con sede en El
Vaticano, revirtió el 20 de noviembre de 2012 el juicio en
contra del cura al considerar que fue víctima de un "craso
simulacro de justicia", según Aristegui Noticias y Proceso. El ponente de la resolución de la Rota Romana, monseñor
Gerardo Mc Kay y los otros dos integrantes del tribunal,
estimaron que el juicio fue "construido confusamente" y el
acusado nunca fue citado judicialmente, no contó con un abogado
y no se probó que oficiara una boda falsa entre Rivera y Castro. Pero el padre Salinas cayó en desgracia y la sentencia en su
contra nunca fue revocada, por lo que murió de cáncer el 7 de
octubre de 2015 sin ser reivindicado. Dos años antes de morir, Salinas envió una extensa carta al
papa Francisco, el 5 de septiembre de 2013, para exponerle lo
que calificó como "un calvario por el que fui injustamente
sometido" por Rivera. Asimismo, denunció los "intereses políticos y mediáticos" que
rodearon el noviazgo y la boda entre Rivera y Peña. El sacerdote también le advirtió a Peña en una carta el 5 de
noviembre de 2010, tres semanas antes de su boda, que existían
"una gran cantidad de irregularidades canónicas" en el proceso
en su contra. La investigación cita también cartas cruzadas por el
sacerdote jesuita Enrique González Torres, ex rector de la
Universidad Iberoamericana, y el ex nuncio apostólico en México,
Giusepe Bertello, así como entre el padre Salinas y responsables
de la Sagrada Congregación para el Clero donde se expresa
"sorpresa e indignación" sobre la actuación de Rivera. "Es muy triste que por condescender a una señora que pretende
casarse por la iglesia con el gobernador (Peña) se haga toda
esta injusticia", dijo González Torres, quien consideró que "la
anulación del matrimonio" de Rivera fue hecha a todo vapor". "No es remoto que se venga un gran escándalo que quizás
podamos detener", advirtió González Torres a Bertello. Analistas políticos estiman que Rivera, de 73 años, exponente
del ala conservadora del clero mexicano, no goza de las
simpatías de Francisco, quien promueve figuras más liberales
como el nuevo cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, de 76
años, con quien mantiene una estrecha amistad. Uno de sus mejores amigos mexicanos y consejero informal es
también el ex "ministro de Salud" del Vaticano, Javier Lozano,
que vive en Roma y está un poco enfermo y retirado.
MRM/ACZ
08/02/2016 21:05
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