(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 16 FEB - El tributo que rindió el
Papa a Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán y defensor
de los indios, a quienes enseñó oficios como la alfarería, fue
uno de los momentos estelares de la misa masiva que encabezó hoy
ante 20.000 religiosos en un estadio de fútbol. Francisco emocionó a sus interlocutores cuando citó unas de
sus palabras en una carta pastoral de 1554 en la que "Tata
Vasco" (Papá Vasco, en lengua purépecha), como le llamaban los
indígenas, señalaba que lo "arrancaron de la magistratura y me
pusieron en el timón del sacerdocio, por mérito de mis pecados". "A mí, inútil y enteramente inhábil para la ejecución de tan
grande empresa, a mí, que no sabía manejar el remo, me eligieron
primer obispo de Michoacán", señalaba el evangelizador, que
entre los indígenas era conocido como "el español que se hizo
indio". "La realidad que vivían los indios purépechas descritos por
él como vendidos, vejados y vagabundos (...) movió su fe, su
vida, su compasión y lo impulsó" a cambiar "esta realidad
paralizante e injusta", dijo. En su mensaje en la capital de Michoacán, en la penúltima
etapa de su primera visita a México, el pontífice dijo que en
Vasco de Quiroga "el dolor por el sufrimiento de sus hermanos se
hizo oración y la oración se hizo respuesta". En abril del 2014 inició el proceso de canonización de Tata
Vasco, que es impulsado por el arzobispo de Morelia Alberto
Suárez Inda, recién convertido en cardenal. El pasado día 5, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán,
integrado por miembros de la etnia purépecha, dominante en el
estado, demandó al Papa "una disculpa pública" por "el papel que
ha jugado la Iglesia en la desaparición" de sus pueblos. "Durante más de 500 años, los pueblos originarios de América
hemos sido saqueados, asesinados, explotados, discriminados y
perseguidos", señaló la misiva.
MRM-ADG/MRZ
16/02/2016 21:42
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